Se las volvió a hacer.

 

Muchos se fueron con la finta del entonces gobernador Enrique Peña Nieto cuando en 2011 ungieron prematuramente a Alfredo del Mazo como inminente candidato a gobernador del Estado de México.

 

En esta ocasión volvió a jugar con la distracción en el relevo tricolor.

 

Fue a la sede del Partido Revolucionario Institucional (PRI) a recibir el calor de sus correligionarios cuando arreciaban las críticas a su gobierno por la fuga de Joaquín El Chapo Guzmán y otros escándalos.

 

En la explanada de Insurgentes y Luis Donaldo Colosio habló de un partido capaz de atraer a los jóvenes y regresar a las universidades para nutrirse del dinamismo de la juventud, sobre todo la capacitada.

 

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Todos voltearon a ver a Aurelio Nuño, jefe de la Oficina de la Presidencia de la República, como inminente relevo de César Camacho Quiroz.

 

Aquí no dimos por definitivo ese retrato hablado y escribimos el viernes 31 de julio:

 

“…pero hay un reto ineludible para su pragmatismo (de Peña): la suerte tricolor del 2018 pasa por el 2016, cuando habrá 17 elecciones y 12 de ellas serán para gobernador.

 

“Los buenos resultados darían al PRI esperanzas para retener Los Pinos en 2018, pero la derrota en varias entidades reduciría las posibilidades de retener el poder federal”.

 

No era necesario dar nombres para guardar dimensiones entre Beltrones y Nuño.

 

Hubo otros elementos para eliminar a ese joven funcionario y ya está la respuesta:

 

Peña no jugará con el partido y manda al cuadro más preparado para aquellos objetivos.

 

FUERZA INTERNA, DIÁLOGO CON OTROS

 

Manlio Fabio Beltrones confirmó el lunes su asistencia al informe del diputado federal quintanarroense Raymundo King, programado para el martes ante el obelisco de Chetumal.

 

–Mala señal si va –comenté. Y agregué: –porque entonces no va a estar donde debe en víspera de la sesión del Consejo Político Nacional del PRI para designar nuevo presidente.

 

Y el martes, cuando fue llamado a donde debía ser llamado para ir a donde debe ir, mi comentario fue inverso:

 

–Buena señal. O por lo menos buen principio.

 

Ayer, cuando la noticia ya circulaba por todo el horizonte político del país, priista y no priista, hablé con el todavía diputado Beltrones.

 

–Felicidades –le dije.

 

–Vamos a ver –me contestó mientras le daba el abrazo y adentro de su Suburban observaban Marco Antonio Bernal y Manuel Añorve.

 

–Necesito la confirmación –le insistí.

 

–Sólo tengo una decisión: me voy a inscribir. Eso no lo dudes.

 

En un político de ese nivel no se necesita más.

 

–No queda duda –abundé mientras regresaba a su camioneta–: el PRI estará en buenas manos y el presidente Enrique Peña honra a su partido y a la política con esta decisión.

 

Reflexioné sobre pláticas anteriores y reviví aquella donde Beltrones habló de la negociación como base de la política y requisito para seguir con el cambio del país y la reconstrucción priista.

 

A eso va.

 

ANA LILIA HERRERA PARA SECRETARIA

 

1.- El martes leyó usted aquí otro adelanto:

 

“En espera de la decisión única del Presidente, va un dato: se da por descontado el ascenso de la senadora Ana Lilia Herrera a secretaria general del PRI”.

 

También dijimos:

 

“La candidatura será de unidad y Manlio Fabio Beltrones no se prestará a ser comparsa”.

 

Bueno, pues no es ni será comparsa.

 

Y 2.- hace 10 años falleció Leonardo Rodríguez Alcaine.

 

Usted y todo mundo sabe quién fue, sucesor de Fidel Velázquez y segundo dirigente de la Confederación de Trabajadores de México (CTM).

 

Pero como en la megalomanía de Joaquín Gamboa Pascoe sólo cabe él, los bustos Velázquez y Rodríguez fueron retirados de la sede cetemista y sustituidos con una estatua propia.

 

Obvio, Rodríguez no será recordado.

 

Mejor dejemos este tema para mañana.