DAMASCO. El presidente sirio, Bachar al Asad reapareció en televisión.  La mitad del país que gobierna se encuentra tomado por el Estado Islámico, por lo que la tensión en la zona le hace desaparecer de eventos públicos.

 

Durante una reunión con responsables de organismos estatales, de los sindicatos y de las cámaras de comercio e industria, Al Asad dijo que “Cualquier propuesta política que en su esencia no esté basada en la lucha antiterrorista será inútil”, subrayó Al Asad. Es decir, por su mente no pasa la renuncia.

 

El presidente sirio añadió que “la única iniciativa que (sus opositores) aceptan es que el país les sea entregado a ellos y a sus amos, y esto nunca sucederá”.

 

Al Asad destacó que la “victoria de Siria no sólo significará la derrota del terrorismo, sino que la región (de Oriente Medio) recuperará su estabilidad”.

 

En ese sentido, denunció que algunos países han intensificado recientemente su apoyo a los grupos terroristas y en algunas zonas han intervenido directamente, en alusión a Estados como Arabia Saudita, Catar y Turquía.

 

En su alocución, defendió el respaldo que presta la milicia chií libanesa Hezbolá al Ejército sirio, que calificó de “importante y efectiva en la lucha”.

 

En términos similares elogió la ayuda iraní, al decir que el respaldo de Teherán a Damasco no es considerado “una batalla a favor de un país o un presidente, sino una batalla a favor de un eje que representa una fórmula de independencia y dignidad”.

 

Por el contrario, criticó la “política de doble rasero” que practican los países occidentales hacia Siria, donde -agregó- en vez de hablar de terrorismo se centran en los derechos humanos y la democracia.