Se acabó el tiempo para los experimentos. El Tri de Miguel Herrera empezará, en Chicago, el camino a su meta más importante del año: ganar la Copa Oro para obtener el derecho de disputar ante Estados Unidos el boleto para asistir a la Copa Confederaciones.

 

El Piojo está en su momento más bajo de popularidad. Acostumbrado a aparecer como cabeza en todos los patrocinadores de la Selección Nacional y en otros que no lo son, la imagen del técnico nacional está lastimada.

 

En lo futbolístico, Herrera tendrá que enfrentar el torneo de la zona de Concacaf con dos bajas sensibles. Su mejor hombre en la zaga: Héctor Moreno está fuera de la competencia; lo mismo que uno de sus mejores artilleros, Javier Chicharito Hernández, ambos lesionados durante los encuentros amistosos previos al debut del próximo jueves ante la selección de Cuba.

 

El rompecabezas se ha completado con la inclusión de Javier Chuletita Orozco, luego de un laberinto de trámites, ya que el jugador de Santos había perdido pasaporte y Visa para viajar a los Estados Unidos, situación que ya fue solucionada.

 

Ahora viene el debut, en teoría, nada complicado. El rival es una selección prácticamente ameteur: Cuba, que incluso ya está eliminada de la lucha por un lugar en la Copa del Mundo de Rusia 2018 y que navega en la posición 107 del Ranking FIFA.

 

No parece un problema mayor, aunque habrá que ver hasta dónde es capaz de complicarse el equipo verde, aún más un panorama que vislumbra un futuro gris para un timonel poco acostumbrado a lidiar con un montón de pólvora que puede explotarle en las manos.