Durante los últimos tres meses, Leonardo González Rocha ha pasado cuatro horas de sus sábados en un salón de clases preparándose para la prueba que definirá sus próximos tres años. Él es uno de los 318 mil jóvenes que este fin de semana harán el examen de admisión para la educación media superior públicas en el Valle de México.

 

Leonardo quiere ser ingeniero civil, por eso anhela entrar en el Centro de Estudios Científicos y Tecnológicos (Cecyt) 11 del Politécnico, una de las escuelas más reconocidas en el área de física-matemáticas.

 

“Estoy nervioso por presentar el examen, espero quedarme en mi primera opción”, platicó Leonardo, pues está decidido a dedicar los próximos años al estudio de la física y matemáticas para llegar a ser ingeniero.

 

Si se ve desde el punto de vista estadístico, para Leonardo entrar al Cecyt 11 es alcanzable, pues 32% de quienes presentaron el examen de admisión el año pasado se quedaron en su primera opción, mientras que 65% lo hizo en alguna de sus primeras cinco opciones; sin embargo el lado negativo es que 10% no pudo acceder la educación media superior debido a que no alcanzaron el promedio necesario (pedido por instituciones como la UNAM o el Politécnico) o no tenían el certificado de secundaria, según datos de la Comisión Metropolitana de Instituciones Públicas de Educación Media Superior (Comipems).

 

Ésta será la ocasión número 20 en que la entrada a la educación media superior es por medio del examen único de Comipems. Esta modalidad garantiza que a todos los participantes se les otorgue un lugar en alguna escuela, pero en caso de los chicos con baja calificación van a los planteles con cupo, que no necesariamente son de su elección.

 

Para el subsecretario de Educación Media Superior, Rodolfo Tuirán, mandar a un alumno a una escuela que no es de su agrado le genera desanimo, y al final lo orilla a dejar sus estudios, aunque eso no es el único factor para la deserción, según declaró el funcionario en agosto de 2014.

 

Entrar en una escuela de media superior no es garantía de nada, ya que 14.4% de los jóvenes que ingresan a este nivel nunca obtendrán su certificado, esto de acuerdo al Reporte de la Encuesta Nacional de Deserción en la Educación Media Superior 2013, la más actual que tiene el gobierno federal.

 

Ahora, el reto de Leonardo y los otros 318 mil que harán el examen es ser parte del 26.2% que no sólo accedieron a la educación media superior, sino que siguieron con sus estudios universitarios.