El dinero que percibe el gobierno federal por el cobro de impuestos a los cigarros alcanza para cubrir 50% del gasto anual que hace el sistema de salud mexicano para atender a las personas que han desarrollado padecimientos relacionados con el tabaquismo.

 

De acuerdo con la Ley de Ingresos para 2015, el gobierno mexicano percibió 34 mil 426 millones de pesos por concepto del cobro del Impuesto especial sobre producción y servicios para tabacos labrados.

 

En comparación, los diferentes sistemas de salud pública del país gastan en promedio 61 mil 252 millones de pesos cada año para tratar las padecimiento ocasionadas por el tabaco, reveló la Secretaría de Salud en el marco del Día Mundial sin Tabaco. Esto quiere decir que “remediar” los daños ocasionados por fumar le cuesta al gobierno 177% más de lo que recupera por el pago de impuestos.

 

De acuerdo con la Organización Mundial de la Salud (OMS) incrementar los impuestos sobre el tabaco tiene un efecto positivo en animar a los consumidores a dejar de fumar y evitar que otras personas desarrollen una adicción. Según el reporte de 2014, aumentar en 50% la carga impositiva sobre estos productos, podría ayudar a evitar que 49 millones de personas en todo el mundo siguieran fumando.

 

Según las cifras de la OMS para este año, la epidemia mundial de tabaco mata cada año a casi 6 millones de personas, de las cuales más de 600 mil mueren por haber respirado el humo producido por personas que fumaban.

 

“Si no actuamos, a partir de 2030 la epidemia matará cada año a más de 8 millones de personas. Más de 80% de esas muertes prevenibles se registrarán entre personas que viven en países de ingresos bajos o medianos”, señala el reporte en el marco del Día Mundial sin Tabaco.

 

De acuerdo con la Encuesta Nacional de Adicciones 2011 en México hay 17.3 millones de fumadores, donde el gasto promedio anual en cajetillas de cigarros es de cuatro mil 700 pesos, los fumadores mexicanos gastan 82 mil 500 millones de pesos al año para soportar su hábito.

 

Esta cantidad es 2.3 veces mayor al cobro de impuestos al tabaco y sería suficiente para pagar los gastos generados por las enfermedades relacionadas con el tabaquismo y aumentar la cobertura del sistema de salud en este tema hasta en 30%.