WASHINGTON. El primer resultado concreto del “diálogo” iniciado por el presidente Barack Obama y el cubano Raúl Castro ya está a la vista: el líder demócrata acaba de firmar y enviar al Congreso la notificación para sacar a Cuba de la lista negra de países patrocinadores del terrorismo en la que ese país permanece desde 1982 y que supone la imposición de sanciones.

 

“Hoy el presidente envió al Congreso el informe y las certificaciones requeridas que indican la intención de la Administración de rescindir la designación de Cuba como Estado patrocinador del terrorismo”, dijo el vocero de la Casa Blanca, Josh Earnest, en un comunicado.

 

Cuba reclama desde hace años su salida de esa lista que elabora anualmente el Departamento de Estado, que supone la imposición de sanciones como la prohibición de la venta de armas y de ayuda económica y en la que actualmente comparte espacio únicamente con Irán, Sudán y Siria.

 

Como parte del histórico anuncio del 17 de diciembre pasado para la normalización de las relaciones bilaterales, Obama ordenó al Departamento de Estado una revisión para la presencia de la isla en esta lista. El informe de la cartera emitió un informe técnico favorable al respecto a fines de marzo.

 

El Congreso cuenta ahora con 45 días para estudiar la decisión de Obama y, en caso de desacuerdo, puede presentar un proyecto de ley para tratar de revocar el dictamen presidencial.

 

La decisión de Obama se produce apenas tres días después de su histórica reunión con el presidente de Cuba, Raúl Castro, durante la VII Cumbre de las Américas celebrada en Panamá, en un nuevo paso hacia la normalización de relaciones bilaterales.

 

En su mensaje al Congreso, Obama certifica que el gobierno de Cuba “no ha proporcionado ningún apoyo al terrorismo internacional durante los últimos seis meses” y que ha expresado “garantías de que no respaldará actos de terrorismo internacional en el futuro”.

 

Obama tomó la decisión tras recibir una recomendación de su secretario de Estado, John Kerry, quien celebró hoy la decisión del mandatario.

 

“Las circunstancias han cambiado desde 1982, cuando Cuba fue designada inicialmente como Estado patrocinador del terrorismo debido a sus esfuerzos por promover la revolución armada en Latinoamérica”, dijo Kerry en un comunicado.

 

Las razones de EU para mantener hasta ahora a Cuba en la lista eran su presunta acogida a miembros de la organización terrorista vasca ETA y de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC), además de a algunos fugitivos de la Justicia estadunidense.

 

“Aunque Estados Unidos ha tenido, y sigue teniendo, preocupaciones significativas y desacuerdos con un amplio rango de políticas y acciones de Cuba, esas preocupaciones y desacuerdos no entran en los criterios para la designación como Estado patrocinador del terrorismo”, señaló Kerry.

 

La revisión que hizo Kerry incluyó aportes de la comunidad de inteligencia estadounidense sobre las actividades de Cuba y “garantías proporcionadas por el gobierno cubano”, según Earnest.

 

Exiliados lo ven un disparate

 

Dos importantes grupos del exilio cubano de Miami coincidieron en señalar que la intención del presidente Obama, de retirar a Cuba de la lista de países patrocinadores del terrorismo es un “disparate” y pretende olvidar que la isla está bajo “una tiranía”.

 

“La petición de Obama es disparatada y divorciada de la realidad, porque el régimen cubano sigue practicando el terrorismo internamente y también exportándolo y apoyando a los grupos terroristas de toda la región”, aseguró Orlando Gutiérrez, director del Directorio Democrático Cubano.

 

Gutiérrez deploró la intención de Obama, aunque se mostró confiado en que está medida no prosperará en el Congreso estadunidense, ya que esta institución legislativa, dijo, “es mayoritariamente anticastrista”.

 

“Va a ser un proceso largo e intrincado”, agregó Gutiérrez, para subrayar que, en cualquier caso, el “régimen castrista ya consiguió lo que quería: que Obama lo haya pedido al Congreso. Eso es suficiente” para La Habana, apostilló.