Desde que tomó las riendas del América como presidente deportivo en noviembre de 2011, Ricardo Peláez ha hecho del equipo un continuo asistente a las finales de los torneos que disputa.

 

Esta semana las Águilas consiguieron el pase a la final de la Concachampions, luego de aplastar 6-0 al Herediano de Costa Rica en el juego de vuelta de las semifinales.

 

Una final cada 10 meses para el América de Peláez; tres entrenadores y dos títulos, son números que cualquier club de la Liga MX quisiera presumir.

 

Tras la desastrosa gestión de Michel Bauer, se fue con el equipo en penúltimo lugar de la tabla y cerca de la zona de descenso.

 

Los primeros torneos de Peláez al frente fueron de reestructuración, con el Piojo Herrera logro colarse a semifinales, el punto de quiebre para la época dorada fue la final del Clausura 2013 ante Cruz Azul.

 

De película

 

La primera final para los Azulcremas en casi 6 años.

 

El partido de ida termino con un 1-0 en contra gracias al remate de cabeza de un ex americanista: Christian Giménez.

 

Para la final de vuelta con un hombre menos y una desventaja de dos goles, los dirigidos por el Piojo lograron la hazaña…

 

 

En busca del Bi

 

Ese mismo año y con el ánimo de que ese América campeón vestidos de verde (más unos añadidos) consiguió el pase al Mundial, llegaron a la final contra el León.

 

No sin cierto dejo de soberbia, condición intrínseca de los seguidores del ave, ya se hacían campeones.

 

Llegó el León de Matosas y los terminó en el Azteca.

 

 

¿Ganar bonito o ganar?

 

Tuvo que pasar apenas un año para disputar otro título.

 

Clausura 2014, esta vez contra Tigres en una final  marcada por el arbitraje y un estilo de juego ríspido gracias a los esquemas de juego de ambos Antonio Mohamed y Ricardo Ferretti.

 

Ante ese estilo, la directiva echó a Mohamed, que se despidió con una frase contundente: Me llevó mi dignidad y les dejo la copa.

 

 

 

La primera de Matosas 

 

La llegada de Gustavo Matosas y una inversión de 25 millones de dólares presagiaba un América arrasador.

 

A punto de terminar la temporada regular, lejos se ha quedado ese Ferrari que presumió Paolo Goltz al inicio del torneo.

 

La final de Concachampions contra el Impact de Montreal matiza las duras críticas sobre el equipo de Coapa.