Llegó a México sólo por unos cuantos meses y hoy, después de varios años, este país es esencia de su vida, el escenario en el que expone, promueve y comparte una de las grandes pasiones de su vida: la cocina de su tierra, la cocina peruana.

 

Muchos conocemos el ‘lado A’ de uno de los casos más sonados de éxito de esa culinaria en nuestro país: la presencia de Daniel Manrique y El Segundo Muelle, el concepto gastronómico que marcó un hito en Perú y en México gozó de una temporada de aclamación, remarcando el furor por las causas y los cebiches más allá del territorio sudamericano, dentro de ese amplio esquema de promoción que ha situado a Perú como uno de los máximos referentes en el panorama del turismo gastronómico actual.

 

Rosas Damián Ibarra no es desde luego un telonero, ni mucho menos un cocinero de lado B; sin embargo su participación en historias como la del Segundo Muelle en México, o de Mankora, tiempo después, ha quedado a veces relegada en lo que se refiere a la crónica de la cocina peruana en México.

 

Hoy, en Asia Perú  (Benjamín Franklin 239, colonia Hipódromo Condesa) brinda lo que en sus palabras y en su trabajo es la expresión de la auténtica cocina del Perú, con sabores, aromas y desde luego porciones que son una reminiscencia festiva de esa herencia que aprendió a transmitir desde muy joven, siendo casi un niño, junto con su hermano mayor, en las cocinas del Club Regatas, en Lima.

 

Lee la columna completa en nuestra revista digital VIDA+