JERUSALÉN. El primer ministro israelí Benjamin Netanyahu se declaró ganador en unas elecciones muy cerradas que parecían darle la ventaja en la contienda para formar al siguiente gobierno del país. Sin embargo, el líder opositor Isaac Herzog se negó a conceder la victoria.

 

En un comunicado difundido en Twitter, Netanyahu dijo que “contra todo pronóstico” su partido Likud y el bando nacionalista aseguraron una “gran victoria”.

 

Las primeras encuestas de salida mostraban que el Likud estaba empatado con la Unión Sionista, de centro izquierda, con 27 escaños cada formación. El resultado es distinto conforme a las encuestas publicadas hace algunos días.

 

Más allá de las encuestas, los primeros resultados de las elecciones (al cierre de la edición) daban una ventaja del 6% al derechista Likud sobre el Campo Sionista con tan sólo el 8 por ciento de las urnas escrutadas.

 

Los resultados, que no reflejaban aún la tendencia del voto, irán dando a conocer a lo largo de la madrugada, y sólo hoy se conocerá el resultado final.

 

Del escrutinio de las primeras 833 urnas escrutadas se desprende que el Likud obtiene el 25.5% de los votos y el Campo Sionista 19.5%.

 

El partido de centro Yesh Atid obtiene por ahora un 8% de los votos y el nacionalista colonizador Hogar Judío 7.6%, informó la Comisión Electoral.

 

Pero los resultados indicaban que Netanyahu tendrá una tarea más fácil para formar una coalición mayoritaria con aliados de línea dura y religiosos.

 

Benjamín Netanyahu, defendió la necesidad de formar un gobierno “fuerte y estable” con todas las formaciones de derecha.

 

En una comparecencia ante sus seguidores en Tel Aviv, Netanyahu manifestó: “He hablado esta noche con todos los líderes del campo nacional y les he instado a unirse a mí y formar un gobierno sin más dilaciones”.

 

“La realidad no nos da descanso y la ciudadanía espera de nosotros que formemos un liderazgo responsable que trabaje para ella y así lo haremos”, afirmó Netanyahu.

 

“Tenemos por delante grandes retos, estamos ante grandes desafíos diplomáticos, económicos y de seguridad”, manifestó Netanyahu.

 

“Hemos prometido resolver el problema de la vivienda y de la carestía de la vida y lo haremos”, subrayó.

 

“Contra todo pronóstico, hemos conseguido una gran victoria para el Likud”, dijo Netanyahu, interrumpido constantemente por sus seguidores con gritos de “Bibi, Bibi”.

 

Por su parte, Herzog dijo a sus partidarios que hará “todo esfuerzo” para conformar el siguiente gobierno de coalición.

 

Es posible que la decisión de formar una alianza recaiga en Moshe Kahlon, el líder de un nuevo partido de centro que podría aportar el apoyo necesario para asegurar una mayoría. Kahlon, cuya campaña política se enfocó en reducir el alto costo de vida en Israel, no ha manifestado su apoyo a ninguno de los dos candidatos.

 

Herzog dijo que ha hablado con posibles socios de coalición y se dijo comprometido a formar “un verdadero gobierno de reconciliación social”.

 

Los árabes, en tercer sitio

 

La Lista Árabe Común, coalición de cuatros partidos que representan a la minoría árabe de Israel se ha convertido en la tercera fuerza política del Parlamento con 12 o 13 escaños, según los sondeos difundidos por los tres canales de televisión del país tras el cierre de las urnas.

 

De acuerdo al Canal 2 y 10, ambos privados, la llamada Lista Común obtendría 13 escaños

 

“Tenemos un mayor peso político y nos sentimos más fuertes”, dijo el diputado Yamal Zahalke, que evaluó que en el escrutinio final llegarán hasta los 14 escaños porque han conseguido elevar el índice de participación en esta minoría de 56% a 70%.

 

En cualquiera de los casos, la coalición árabe, que incluye a cuatro partidos de ideología nacionalista, islámica y demócrata, tendrá un peso considerable en la próxima legislatura, aunque los analistas descartan cualquier posibilidad de que formen parte del próximo gobierno israelí, sea de centroizquierda o de derechas.

 

En una valoración del todo el proceso electoral y de los primeros resultados, el diputado Ahmed Tibi se mostró “decepcionado”.

 

“Los resultados generales son decepcionantes y van en contra de los que esperábamos. Creíamos que el público israelí querría seguir un rumbo de cambio a la desgraciada situación política, social y económica”, declaró a un medio local.

 

La coalición árabe se formó el pasado mes de enero después de esfuerzos para conciliar sus distintas ideologías, y a raíz de una iniciativa de la ultraderecha de elevar la barrera de acceso al Parlamento de 2% a 3.25%.

 

Curiosamente, el partido que hizo la propuesta, Israel Beitenu, del ministro de Exteriores, Avigdor Lieberman, ha visto reducido el número de escaños de 13 en la actual legislatura a sólo 5, según los sondeos.