Poco más de un mes después, Pumas volvió a respirar. Al fin un triunfo. Al fin en CU. Tres puntos de oxígeno puro que le sirvieron a los universitarios para intercambiar el último lugar de la tabla con Monarcas Morelia, que volvió a ser el peor equipo del torneo.

 

La victoria de 2-1 de los felinos en el Olímpico Universitario suena a poco para el tamaño de festejo que sus jugadores tuvieron con su entrenador Guillermo Vázquez, cuando marcaron el segundo tanto de la tarde, casi como si el tanto hubiera significado el avance en una ronda de Liguilla. Es lo que hay en Pumas triunfos sudados, de mucho dolor y sufrimiento, aunque enfrente se tenga al peor equipo del torneo.

 

Tiene razón de ser, de malo a malo, entre auriazules y michoacanos ganó el menos peor. El que menos falló o el que más aprovechó los errores del rival. Pumas no es mucho mejor por los tres puntos. Si los ganó mucho se debe a la inoperancia de la ofensiva de Morelia, incapaz de resolver frente al arco de Saldivar.

 

En la tribuna, la presencia del seguidor felino también va en descenso. Apenas 15 mil seguidores requemados por un sol implacable, aunque esta vez pudieron salir sin la amargura de una nueva derrota en la garganta. Pumas ganó gracias los tantos de Eduardo Herrera sobre el minuto 30 y uno más del argentino Ismael Sosa en el 64, que acabó con el fantasma que Pumas padece cada partido: verse alcanzado en el marcador, como sucedió cuando Carlos Guzmán había empatado el marcador a uno, momentáneamente, en el minuto 37.

 

Partido flojo, digno de los peores equipos del certamen, por eso no fue raro que ambos conjuntos batallaran para llegar con peligro a las porterías; pero Eduardo Herrera tenía planes diferentes al aburrimiento y se avivó en un rebote que terminó en el fondo de las redes visitantes.

 

El eterno problema felino se hizo presente. No aprenden a manejar los resultados y ocho minutos después ya tenían a los Monarcas festejando en la portería contraria. Fue hacia el minuto 37, en un tiro de esquina en el que falló del arquero Alfredo Saldívar y de cabeza Carlos Guzmán se anticipó para poner los cartones uno a uno, dejando la definición para el complemento.

 

La segunda parte inició un poco más movida, con llegadas por ambos bandos, pero fue el cuadro universitario el que logró ampliar la ventaja cuando corría el minuto 64 y fue gracias a la anotación del argentino Ismael Sosa, quien tuvo la colaboración del arquero visitante Carlos Rodríguez, quien no pudo contener el remate del Sosa.

 

Morelia pudo empatar, pero sus artilleros no fueron finos y permitieron a Pumas respirar y festejar el triunfo como si estuviera en juego de alguna eliminatoria o trofeo, digno de un equipo que no ganaba desde hace poco más de un mes en el torneo.