Hubo una época en la que este título se devaluó tanto, que los dos grandes pasaron hasta diez años sin conquistarlo. Década, de 1999 a 2009, en la que Barcelona y Real Madrid se acostumbraron a pelear por otras glorias, en la que priorizaron sus desempeños en los mucho más renombrados torneos de liga y Champions League, en la que titanes como Zidane o Ronaldinho no llegaron a levantarla.

 

Eso cambió de forma tajante desde que el Barça del primer año de Pep Guardiola demostró que es posible pelearlo y ganarlo todo sin que eso implique mermar en el desempeño. Desde entonces, los blaugranas han ganado dos torneos de Su Majestad y los merengues otros dos, con el añadido de que se han enfrentado en las últimas cuatro ediciones.

 

Foto Lati

 

Sirva eso como resumen de la trascendencia que la Copa del Rey ha recuperado, gloria a la que aspiran tres jugadores mexicanos.

 

Este miércoles se disputarán las semifinales de vuelta, con Héctor Moreno en alta posibilidad de acceder a la final (su Espanyol igualó a uno al visitar al Athletic), al tiempo que los hermanos Dos Santos intentarán consumar una de las mayores sorpresas del año (el Barça se impuso 3-1 en la ida al Villarreal).

 

Dos equipos ubicados en el confort de mitad de la tabla en la liga, haría falta una muy mala racha para acercar a Espanyol y Athletic a puestos de descenso, así como requerirían de muchas victorias al hilo por soñar con calificar a Europa. Por ello esta Copa del Rey es tan apetitosa para los dos contendientes de esa semifinal.

 

Moreno no salió del conjunto periquito en buena medida a causa de la fractura padecida ante Holanda en el pasado Mundial; eso pospuso ligeramente su progresión a plantel más poderoso, que con alta posibilidad será a fines de este torneo. Así, la calificación por encima del Athletic, podría representar cerrar su etapa espanyolista disputando un título.

 

Al tiempo, el Villarreal es algo más que el equipo español de moda. Con poco presupuesto y mucha visión, ha conformado un trabuco cuyo camino para derrotar a los grandes no es el habitual cerrojo o la renuncia al juego, sino todo lo contrario. Rápido, compacto, inteligente, profundo, excelsamente dirigido, es una piedra en el zapato de quien lo quiera vencer.

 

Ahí tienen concurso permanente Giovani y Jonathan, junto al nuevo niño crack del futbol argentino, que es el delantero Luciano Vietto. Con 21 años, su precio sube a cada semana, tanto como el interés de más y más grandes.

 

Al Espanyol le basta con empatar a cero, al tiempo que el Villarreal está obligado a triunfar por dos goles. Misión accesible la primera y muy complicada la segunda, aunque no descartable.

 

Nos espera un buen miércoles copero, con esta, la primera Copa del Rey dedicada a Felipe VI. Copa que no es tema menor para los grandes, como llegó a serlo una década atrás.

 

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