¿Te has sentado algún momento a pensar y a sentir la vida?, ¿tu vida?, si lo has hecho ¿qué te ha dicho tu vida de ti?, estás satisfecho con lo que has vivido y como lo has vivido? O ¿desearías hacer algún cambio en ella? moverte de donde estás porque realmente no te sientes contento con lo que eres, o con lo que haces. Tal vez positivamente te has dado cuenta que sí te gusta tu forma de vivir y que te mantienes con un buen nivel de energía, agradeciendo todo lo que la vida te ha dado.
Donde sea que te encuentres de estas posiciones está bien, pues lo interesante es darnos un espacio para pensar y sentir nuestra vida, para reflexionar sobre lo que estamos haciendo o dejando de hacer para estar bien y saber desde lo profundo de nuestro ser si estamos disfrutando y aprovechando la vida o simplemente nos estamos conformando con sobrevivir, intentando minimizar los daños que nos ocurren al dejar que las cosas sucedan sin hacer los cambios necesarios para lograr aquello que queremos para nosotros.
Cuántas veces sucede que preferimos quedarnos donde estamos, a pesar de no estar bien, por miedo al cambio; permanecemos ahí atorados viviendo de manera poco satisfactoria, como si estuviéramos muertos en vida, enfermando a nuestro cuerpo y nuestra alma.
La mente juega un papel importante aquí, ya que puede proyectar imágenes catastróficas sobre lo que nos “puede suceder” si damos un paso hacia delante para el cambio, conectándonos con el miedo a lo desconocido y en consecuencia preferimos mantenernos en la zona “segura”, aunque paguemos altos costos por estar ahí. Sin embargo, es importante mencionar que generalmente cuando nos atrevemos a hacer los cambios, lo que sucede en la realidad resulta ser posiblemente menos doloroso y menos complicado de lo que nos imaginamos.
Aunque hay que decirlo, todo cambio tiene un costo, y tenemos que estar dispuestos a pagarlo, el cambio implica tener pérdidas, que se traducen en renuncias necesarias a ciertas cosas o hábitos en la forma como habíamos vivido hasta entonces, y esto puede resultar amenazante.
Podemos pensar que nos es imposible vivir diferente de cómo lo hemos estado haciendo hasta hoy, pero esto puede ser sólo una creencia, es un hecho que cada quien tendrá que evaluar hasta donde esta dispuesto a llegar por sentirse mejor en su vida, para vivir una vida mas plena. Tal vez no se ha dado cuenta de que el costo de vivir como lo ha estado haciendo es demasiado alto por no salir de su zona de confort.
El proceso del cambio puede ser duro y tal vez venga acompañado con una buena dosis de dolor al dejar atrás ciertos apegos, pero sin duda puede ser un camino de vida mucho más pleno y libre para vivir con mayor intensidad y autenticidad. Para lograrlo es importante escucharnos, hacerle caso a esa voz interna y abrir los ojos a la vida.