El jueves 19 de febrero el doctor en derecho Santiago Nieto Castillo, fue nombrado por el Senado de la República como titular de la Fiscalía Especializada para la Atención de Delitos Electorales (FEPADE), de la Procuraduría General de la República (PGR).

 

Está bien. Aunque todo sería más sencillo, y más barato, si los políticos mexicanos, sus partidos, sus grupos y sus adláteres no tuvieran tan malas mañas y tan largas las uñas en eso de querer llegar al poder por la vía ‘democrática’.

 

Visto con lupa, el problema no es un asunto de la institucionalidad electoral; sí de ‘quienes cruzan el pantano, y manchan el pantano’: los partidos políticos.

 

Durante muchos años, cuando todo era silencio y mendacidad, las elecciones eran coordinadas por el gobierno federal a través de la Secretaría de Gobernación. Luego se vio que no era bueno y se cambiaron las formas.

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Foto: Cuartoscuro

 

Con un Consejo Ciudadano, entre 1994 y 1996 se construyeron los andamios de lo que habría de ser el Instituto Federal Electoral. A ese Consejo original llegó gente proba como Miguel Ángel Granados Chapa y otros. Luego éste pasaría como Instituto Federal Electoral a uno de sus momentos más relevantes, el encabezado por José Woldenberg y quienes hicieron posible que las cosas prometieran ir por buen camino.

 

Cuando nació el IFE se dijo que duraría sólo el tiempo suficiente mientras se consolidaba la democracia en México, la cultura política, el sistema de partidos, la educación política ciudadana y tal y tal. Sigue ahí. Ahora como Instituto Nacional Electoral.

 

En todo caso se trata de solucionar que no haya chanchullos, mano negra electoral, corruptelas, compra de votos, robo de votos y urnas, aprovechamiento de medios de información en desequilibrio, violencia criminal, narcotráfico-electoral y todos esos vicios que hacen que ganen los que no tienen que ganar. Pero en la medida en que se eliminaron las primitivas costumbres mañosas, surgieron otras aun más sofisticadas e incontrolables.

 

Luego de aquel sueño democrático, terminamos por ver cómo proliferaron instituciones para lo electoral con lo que se demuestra que la democracia mexicana sigue siendo un sueño guajiro.

 

Los institutos electorales estatales pasaron a ser satélites del gran INE, su infraestructura sigue ahí, su personal capacitado sigue ahí, los procedimientos siguen ahí, aunque ahora bajo el predominio de la gente del INE que, de pronto, llega a “enseñarles a mover el pozol” que se dice en Tabasco. ‘Los hacen menos, y ese es su coraje…’.  En fin… Cosas de nómina.

 

Así que ahí están tanto el gran INE como el Tribunal Electoral Federal y los Institutos Electorales Estatales y sus correspondientes Tribunales electorales estatales: todos en manos de los partidos políticos que deciden quién, cómo y cuándo. Es así en nuestro sistema democrático de hoy.

 

Santiago Nieto Castillo es un doctor en derecho del que se dice que tiene amplias credenciales en la materia electoral; con gran experiencia y valores profesionales y académicos recios. Bien.

 

Llegó casi inmaculado: con 95 votos a favor, cero en contra y una abstención. Es decir, llegó con la confianza de casi todos los legisladores de los distintos partidos políticos registrados.

 

Llega en un momento crucial para la política nacional y para el proceso electoral de junio de este año. No sólo tendrá que recibir las quejas y quejumbres de los partidos o ciudadanos u organizaciones o ciudadanos respecto de delitos cometidos en nombre de la democracia, sino que además tendrá que lidiar con casos en donde las cosas están como agua para chocolate.

 

El 7 de junio habrá de votarse por 2,159 cargos de elección popular. Son 17 estados; 500 diputados, 9 gubernaturas, 641 diputaciones locales, 993 alcaldías y 16 jefaturas delegacionales del Distrito Federal.

 

Tamaulipas, Guerrero, Michoacán, Oaxaca son estados en donde las cosas están a punto de turrón y en los que podría haber conflictos de gran calado. Ojalá no. Pero si es así, sin duda el nuevo titular de la FEPADE tendrá mucho trabajo porque la confrontación ahí puede rebasar lo electoral para ser un tema de conflicto social y de enfrentamiento político… o violento.

 

El dice que no cree que haya problema porque ‘pese a la complejidad y riesgos por la situación de inseguridad en esos estados hay una institucionalidad electoral lo suficientemente sólida para este 7 de junio’.  Y que ‘desde 1996 no se habían reformado los tipos penales. Hoy en día existe una mejor capacidad técnica por parte de la fiscalía, para hacer frente a los retos del proceso electoral 2015’. Se refiere a la reforma de 2014.

 

Así que el nuevo Fiscal de la FEPADE confía en la institucionalidad. Está bien. Todos queremos creer en esa institucionalidad. En lo que no creemos, ya, es en la intromisión envenenada de los partidos políticos. Para ello han seguido la estrategia más a la vista: apropiarse de las instituciones de lo electoral y de todas aquellas instituciones que tengan que ver con su permanencia en el poder o su recuperación…

 

Ahí está la gran tarea de la Fiscalía Especial del doctor Nieto Castillo: no dejar pasar, no dejar hacer. El cuerpo institucional electoral está ahí, pero también los partidos políticos y su gente y sus mañas y sus feas costumbres. Si se castigan delitos llegará la democracia a México. Y los mexicanos verán que es bueno. Y se hará.