BUENOS AIRES. La denuncia presentada por el fallecido fiscal Alberto Nisman contra la presidenta argentina, Cristina Fernández, por presunto encubrimiento de terroristas, está paralizada y en espera de que se le asigne juez después de que dos magistrados renunciaran hoy a llevar la causa.

 

El juez Ariel Lijo, que había asumido inicialmente la denuncia, declinó y el caso recayó en Daniel Rafecas, quien se declaró “incompetente” para asumir la causa, que ha vuelto a la Cámara Federal de Apelaciones, que tendrá que definir quién se hará cargo de la investigación.

 

Alberto Nisman acusó a la presidenta, al canciller Héctor Timerman y a varios dirigentes vinculados al oficialismo, de orquestar un plan para encubrir a los sospechosos iraníes del atentado contra una mutual judía que dejó 85 muertos en 1994.

 

El fiscal de la causa AMIA denunció que el presunto encubrimiento terrorista derivaba del acuerdo de entendimiento suscrito en 2013 entre Argentina e Irán.

 

Nisman murió de un tiro en la cabeza en extrañas circunstancias en su domicilio el pasado día 18, la víspera de acudir al Congreso para detallar su denuncia contra Fernández.

 

El Gobierno argentino considera “descabellada” y “sin fundamento” la denuncia de Nisman y apunta que, por los términos en que está escrita, no pudo ser elaborada por el fiscal.

 

El Ejecutivo relaciona la muerte de Nisman con una maniobra de desestabilización de los servicios de Inteligencia.

 

Un supuesto borrador

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Foto: EFE

 

 

En tanto, el jefe del Gabinete argentino Jorge Capitanich, hizo trizas dos páginas del diario Clarín este  lunes en una rueda de prensa tras denunciar una “confrontación política” de “medios opositores” después de que la Justicia desmintiera una noticia del periódico sobre la presidenta Cristina Fernández.

 

Capitanich rompió las páginas en las que Clarín informaba, el domingo, de la supuesta existencia de un borrador de la denuncia del fiscal Alberto Nisman, fallecido en circunstancias no aclaradas, en el que solicitaba la detención de Cristina Fernández por presunto encubrimiento de acusados iraníes del atentado de 1994 contra la mutua judía AMIA.

 

Ante esta situación, el grupo Clarín repudió el acto del jefe de Gabinete argentino y calificó la actitud de Capitanich como el cruce de “un nuevo límite en la escalada de intolerancia y agresión contra la prensa que viene alimentando, esta vez con un repudiable gesto que además entraña riesgos personales para el medio y los periodistas involucrados”.