ROMA El hambre mata a más personas que la guerra o el terrorismo, advirtió hoy el director general de la FAO, José Graziano da Silva, quien pidió considerar a la agricultura y la seguridad alimentaria como componentes esenciales de la consolidación de la paz y la resolución de conflictos.

 

Al intervenir en una reunión especial de la Comisión de Consolidación de la Paz de las Naciones Unidas resaltó que, según diversas estimaciones, entre 2004 y 2009 perdieron la vida cada año 55 mil personas como consecuencia directa de los conflictos o el terrorismo.

 

Al mismo tiempo, señaló, entre 2010 y 2012 hubo sólo en Somalia más de 250 mil muertes a causa de la hambruna provocada por una grave sequía.

 

Dijo que el impacto de los conflictos en las zonas rurales puede resultar devastador para la producción agrícola, el ganado y las cosechas, y a menudo provoca la destrucción de los activos agrícolas y el capital de las familias.

 

Y el impacto “de los conflictos en la seguridad alimentaria a menudo se prolonga mucho después de que la violencia haya disminuido”, advirtió Graziano da Silva en su discurso, publicado por la oficina de prensa de la FAO.

 

En ese sentido, destacó que al ser la agricultura la principal forma de vida para la mayoría de la población en los países que acaban de salir de conflictos, la rehabilitación y la reactivación del sector agrícola en esas áreas, resulta crucial para aliviar la pobreza y lograr el desarrollo en general.

 

“La seguridad alimentaria es un pilar importante para la paz, la estabilidad política y el desarrollo sostenible”, dijo Graziano da Silva a los participantes del encuentro.

 

Agregó que “en la historia de la humanidad hemos visto una y otra vez el círculo vicioso que vincula hambre y violencia, y son conflictos que no están circunscritos a las fronteras nacionales”.

 

Hizo también hincapié en que, al mismo tiempo, la seguridad alimentaria puede utilizarse como “una herramienta de prevención y mitigación de conflictos” para promover la paz y la seguridad.

 

Las políticas y acciones en materia de seguridad alimentaria no sólo pueden aumentar la resiliencia y resolver conflictos, sino que pueden igualmente prevenirlos.

 

“No podemos esperar –añadió- a una emergencia para reaccionar. Para lograr la seguridad alimentaria tenemos que actuar antes de la crisis. No podemos evitar que se produzca una sequía, pero podemos evitar que se convierta en una hambruna”.

 

Subrayó que la Organización de Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO), junto a otros organismos de la ONU y sus socios para el desarrollo, han estado llevando a cabo con éxito proyectos en todo el mundo.

 

Además, con la elaboración de los Objetivos de Desarrollo Sostenible en marcha, “un mejor conocimiento y comprensión de las posibles interacciones entre la seguridad alimentaria y la seguridad de los seres humanos ayudará a dar forma a intervenciones más eficaces y contribuirá a resultados más duraderos”, según Graziano da Silva.

 

“Aquí está la clave”, concluyó.

GH