México comenzará a desarrollar la tecnología para insertarse en el mercado mundial de producción, distribución y venta de vacunas, cuyo valor anual según la Organización Mundial de la Salud (OMS) asciende a 24 mil millones de dólares. El país podría estar produciendo sus primeras dos vacunas a partir de 2016.

 

En 2014, México obtuvo su certificación como agencia funcional sanitaria por parte de la OMS, convirtiéndose en parte de un reducido grupo de países a los cuales la organización internacional les ha reconocido su capacidad para fabricar, revisar, distribuir y comercializar vacunas en todo el mundo.

 

Esta élite de productores de vacunas está integrada por 28 países entre ellos Estados Unidos, Japón, Alemania, Francia, Canadá, Dinamarca, Holanda, Italia, Suecia y Rusia.

 

El hecho de que México ya cuente con una agencia reguladora que alcance los estándares internacionales impuestos por la OMS -la Cofepris- implica que sus medicamentos serán probados química y biológicamente para garantizar que son seguros y efectivos.

 

Con 3 mil 500 científicos del Sistema Nacional de Investigadores (SNI) trabajando en el Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) y los Institutos Nacionales de Salud, para el próximo año, el objetivo sería producir una vacuna contra el Dengue y otra contra la Influenza. En una primera etapa el mercado meta sería América Latina.

 

“Hoy México tiene mucho margen para pelearle a Latinoamérica ser anfitrión de estudios clínicos. Es una industria que vale más que la manufactura y sólo aterrizaban en México 300 millones de dólares. Se tendrá la posibilidad de manufacturar vacuna de Influenza para México y América Latina desde la planta de Cuautitlán de Birmex y la otra es la vacuna del Dengue”, señaló el titular de la Cofepris, Mikel Arriola.

 

Actualmente, el país ya tiene acceso al Fondo Rotatorio de Vacunas de la Organización Panamericana de la Salud para vender vacunas mexicanas en un mercado que tiene un valor de mil 020 millones de pesos; la certificación de la OPS la obtuvo México en 2012 y tiene que renovarla este año.

 

La expectativa es acceder a los Fondos Rotatorios de Vacunas de la OMS, cuyo valor global supera los seis mil millones de dólares y se entrega a organizaciones internacionales. Por ejemplo, el Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (Unicef) utiliza parte de estos recursos para comprar y distribuir vacunas en 152 países de bajos y medianos ingresos; la Alianza Mundial para Vacunas e Inmunización (GAVI, por sus siglas en inglés) financia la adquisición de vacunas en 73 países pobres.

 

El camino para llegar a esta bolsa es conseguir el apoyo de la OMS en el diseño e implementación de una ruta crítica que permita la precalificación de Laboratorios de Biológicos y Reactivos de México (Birmex) en la fabricación de vacunas.

 

Sólo así México podrá venderle a países que reciben vacunas de las agencias internacionales (por ejemplo Unicef y GAVI) como África, cuyo presupuesto es superior a los cinco mil millones de pesos para la adquisición de vacunas.

 

“Lo primero que queremos es alinear la producción de Birmex a la exportación. En 1998, Birmex producía 100 millones de unidades y hoy produce 25 millones. Con la certificación de la Cofepris, Birmex va a volver a llegar a los 100 millones de unidades y con eso vamos a lograr atraer transferencia de tecnología de países que hacen vacunas”, explicó Mikel Arriola durante una conferencia de prensa sobre los principales retos de la comisión en 2015.

 

China e India también se apuntan 

 

Otras economías emergentes que ya cuentan con esta precalificación (la cual implica para la OMS que sus vacunas son consistentemente seguras, efectivas y de alta calidad) son China e India.

 

De acuerdo con el reporte “China entra al mercado global de vacunas” que publicó la OMS en 2014, la industria de producción de vacunas había estado dominada por “unas cuantas” empresas multinacionales. La competencia que representan los nuevos países productores (a los que podría sumarse México si alcanza la precalificación de la OMS) como China, India, Indonesia, Cuba y Brasil, señala el reporte, traerá beneficios al mercado global.

 

“Ahora que las empresas de China, India y otras economías emergentes están manufacturando grandes cantidades de vacunas y ya comenzaron a venderlas en el mercado internacional, aumentará la competencia y bajarán los precios”.