PARÍS. No es novedad, Michel Houellebecq a través de novelas como Plataforma, Ampliación del campo de batalla y Partículas elementales, ha demostrado que su nombre pasará a la inmortalidad en el campo de la literatura francesa. Otro tema es la polémica.

 

En Plataforma ya le había dedicado una profunda crítica al Islam. Ahora, y antes de que salga a la venta Soumission (Sumisión), ya abrió una nueva herida en el cuerpo de la religión. Su libro de política-ficción sobre el triunfo de un partido musulmán en Francia ha desatado la polémica antes de publicarse, cree que la extrema derecha podría parar la inmigración si estuviera a las riendas del país, pero no la islamización, que es un proceso espiritual.

 

La presidenta del Frente Nacional (FN), “Marine Le Pen, puede detener la inmigración, pero no puede parar la islamización, que es un proceso espiritual, un cambio de paradigma, un retorno de la religión” que cierra el “paréntesis” del laicismo abierto con las ideas del protestantismo y la Ilustración, afirma Houellebecq en una entrevista publicada por L’Obs.

 

“El ateísmo hoy está muerto, el laicismo está muerto, la República está muerta”, subraya el autor, que mañana publica su nueva novela Soumission (Sumisión).

 

El libro ha levantado ya polvareda por un escenario que comentaristas e intelectuales de izquierda le acusan de dar cobertura ideológica a las tesis del FN sobre el supuesto riesgo para la identidad de Francia de la inmigración musulmana.

 

Ese libro plantea el triunfo en 2022 del candidato a las presidenciales de la Fraternidad Musulmana gracias al respaldo de las tradicionales formaciones de Gobierno, el Partido Socialista (PS) y la conservadora UMP, para impedir el acceso al poder de Le Pen, y con el argumento de la defensa de la construcción europea.

 

“Es política ficción, una ficción plausible. Pero he acelerado un poco los acontecimientos: 2022 es demasiado pronto”, señala Houellebecq, que más adelante argumenta que como los partidos actuales no pueden satisfacer al votante musulmán francés su “única solución sería efectivamente la constitución de un partido musulmán”.

 

Preguntado sobre el efecto político que puede causar su libro, el más iconoclasta de los literatos franceses contemporáneos asegura que él se limita a “captar una situación” porque no tiene prejuicios y es “neutro”.

 

“Hago como si lo políticamente correcto no hubiera existido nunca. Vaya, que no soy un intelectual de centro-izquierdas (…) tengo más confianza en la inteligencia de la masa que en la de las élites”, argumenta.

 

Añade que “esta novela suscitará tal vez polémica entre los que se ganan la vida con las polémicas, pero el público lo percibirá como un libro de anticipación, sin relación real con la vida”.

 

Según su análisis, al no atacar lo políticamente correcto y al abordar las cosas con humor pero tomándoselas en serio, no se corresponde al enemigo clásico para la izquierda y, en definitiva, planteo cuestiones a las que la izquierda no puede responder. Y de hecho, la derecha tampoco”.

 

La editorial Flammarion ha impreso en la primera edición 150 mil ejemplares de Soumission. El presidente francés, que englobó las ideas de Houellebecq en la ideología sobre la decadencia de Francia que no comparte, dijo ayer que leerá el libro.