LIMA. Todo empezó como un intento de rescatar una mala inversión en arrozales de Bolivia, dio paso a una pesadilla en una cárcel tercermundista y culminó con una fuga tramada con la ayuda del actor Sean Penn.

 

La historia de Jacob Ostreicher, no obstante, por ahora no tiene un final de Hollywood.

 

En el año que pasó desde que fue sacado de Bolivia, al estadunidense de 55 años le ha costado rehacer su vida luego de pasar más de tres años preso y sin cargos, durante los cuales funcionarios corruptos exprimieron al máximo la plantación de arroz.

 

Durante esta odisea se le arruinó el matrimonio, se quedó sin un centavo y casi se vuelve loco.

 

“Hay días en los que no funciono”, declaró Ostreicher a The Associated Press (AP) en una serie de conversaciones telefónicas, que son sus primeras entrevistas con la prensa desde su rescate. “Es duro empezar una nueva vida“.

 

sean_penn_WEB
Foto: AP

 

Ostreicher, quien perdió su negocio de pisos, vive solo en Los Ángeles y dice que le cuesta encontrar una nueva ocupación. Vive de la caridad de filántropos y de algunas de las figuras más renombradas de Hollywood.

 

Sobre todo de Penn.

 

Perderlo todo 

 

A fines del 2012, Penn viajó a Bolivia para investigar el caso de Ostreicher a pedido de Mark Wahlberg.

 

Ostreicher, un judío ortodoxo, había despertado el interés del Aleph Institute, una fundación que ayuda a los judíos encarcelados. La organización con sede en la Florida le pidió a Wahlberg que hablase con Penn, una figura conocida por su compromiso social, su trabajo para ayudar a Haití después del terremoto de hace cinco años y su estrecha relación con varios líderes de izquierda de América Latina.

 

Penn se convenció de que Ostreicher había sido encarcelado injustamente a mediados del 2011 para que funcionarios corruptos pudiesen explotar una operación arrocera de 25 millones de dólares en la que él era un inversionista menor. Se lo acusó de lavado de dinero, pero nunca se presentó evidencia alguna.

 

Penn se mostró discreto al ser interrogado sobre su extraña amistad con Ostreicher y sobre las razones por las que decidió ayudar. “¿Qué te puedo decir? Era un tipo simpático“.

 

Cuando le pidió al presidente boliviano Evo Morales que intercediese, recibió una respuesta esquiva.

 

Penn decidió entonces sacar a la luz la maniobra extorsiva y desató un escándalo que generó el arresto de 14 funcionarios bolivianos –el número dos de la banda se declaró culpable la semana pasada–, mientras que otros presuntos implicados huyeron del país.

 

Luego, el actor logró que Ostreicher fuese transferido a una clínica. El hombre pesaba solo 48 kilos (107 libras) como consecuencia de una huelga de hambre para protestar su detención, durante la cual se le daban solo líquidos. Penn aprovechó sus contactos en Venezuela —era muy amigo del finado presidente Hugo Chávez— para que asignasen guardias venezolanos a su protección, temeroso de represalias por haber denunciado a la banda.

 

Si bien había acudido a más de 30 vistas judiciales sin los resultados esperados, Ostreicher seguía insistiendo en que quería limpiar su nombre en Bolivia.

 

Rescate más allá de Hollywood

 

Penn le dijo que se olvidase de eso.

 

“Me tomó con las dos manos, me miró fijo y me dijo, ‘te voy a llevar a casa”’, relató Ostreicher.

 

Lo más que pudo hacer Penn, sin embargo, fue conseguir que Ostreicher fuese trasladado de una cárcel de máxima seguridad a prisión domiciliaria.

 

A fines del 2013, Ostreicher llegó en un vuelo comercial a Los Angeles, procedente de Lima. En el aeropuerto lo esperaba Penn.

 

Sean es el responsable de haberme salvado la vida“, dijo Ostreicher. “Es mucho más que un amigo”.

 

Ni Penn ni Ostreicher hablaron de la fuga en detalle, aunque Ostreicher admitió que su hermano mayor, Aaron, pagó para que hiciesen la vista gorda y que hizo un viaje muy tenso de Santa Cruz a Bolivia, sentado cerca del jefe de la policía boliviana y rezando para que no lo reconociese a pesar de que estaba disfrazado.

 

Bolivia ha dicho que la fuga estuvo planeada por la CIA, algo que Ostreicher niega. Solo dijo que participaron “profesionales” que no identificó

 

Curar las heridas

 

Durante su estadía en Bolivia se vino abajo su matrimonio. Su esposa se quedó en Nueva York y Penn lo alojó en Los Ángeles por algunas semanas, según Ostreicher, durante las cuales pasó la mayor parte del tiempo encogido en un sillón, en posición fetal.

 

“Le decía a Sean que quería volver a Bolivia”, expresó a la AP.

 

“Sean se sentó conmigo por horas, a veces toda la noche, sobándome la espalda”, contó en una ocasión durante una cena en honor de Penn.

 

El actor reclutó a su propia familia para que ayudase al amigo a curar sus heridas.

 

“Le dije a Penn que me gustaría encontrar una persona que lo tuvo todo y lo perdió todo para que me diese una razón para despertarme todos los días”, expresó Ostreicher.

 

Penn le presentó a Robert Downey Jr.

 

Downey, quien tocó fondo en los años 90, cuando su adicción a las drogas lo mandó a la cárcel por un año, aconsejó a Ostreicher y le envió ropa: trajes de Gucci, sweaters, ropa interior, un reloj de Harry Wintson “por valor de decenas de miles de dólares”, según relató.

 

Penn, mientras tanto, seguía a su lado durante algunos de sus peores momentos.

 

Cuando su hija Gitty voló desde Nueva Jersey con su esposo y sus cinco hijos para una reunión familiar en febrero, Ostreicher estaba asustado.

 

Trató de buscar excusas para no verlas, diciéndole a Penn que no tenía la ropa adecuada.

 

“Necesito una camisa blanca. Un traje negro. Un sombrero. Y Sean se montó en su auto y me trajo seis sombreros”, comentó.

 

“Me dijo, ‘uno te tiene que sentar bien”’.

 

Cuando finalmente se encontró con su hija y su familia, los niños no querían acercársele.

 

“No me reconocieron, de tan viejo y enfermo que estaba”, expresó.

 

Empezó a contarles a los niños acerca de la gran persona que lo había sacado de Bolivia. “¿Quieren saber quién es?”, les preguntó, señalando hacia Penn.

 

“Le dije a Sean, ‘muéstrales a los chicos tus bíceps”’.

 

“Sean se arrodilló, se desabotonó la camisa y le mostró los músculos a mis nietos para que se sintiesen más cerca de mí. Y fue así que se me acercaron”.

 

Cuando se le preguntó por ese episodio, Penn se tomó un momento y respondió:

 

Jacob se las ingenia para poner a la gente en apuros“.  DM