CHICAGO. Con la reciente inclusión de Arizona las licencias de conducir para indocumentados son una realidad en por lo menos 46 estados de Estados Unidos, que se expiden a los “soñadores” y en 10 de ellos también a los inmigrantes “sin papeles”.

 

En opinión de la profesora Sarah E. Hendricks, de la Universidad Drake, resulta un “paso pragmático” para los estados otorgar licencias a la gente sin papeles, porque mejoran la seguridad, ayudan a facilitar el proceso de ajuste de los inmigrantes y sus familias y aumentan su impacto social y económico.

 

Sin embargo, en su estudio “Vida sin licencia en la cultura del automóvil”, señala que el avance ha sido lento y todavía subsisten los obstáculos para otorgar el documento, “aun en un país como Estados Unidos que figura entre los que más dependen del automóvil en el mundo”.

 

Hendricks declaró a la Agencia EFE que algunos estados imponen limitaciones que contribuyen “a un clima de temor que impide la adaptación de los inmigrantes”, que son trabajadores, empresarios, consumidores, contribuyentes y miembros de la comunidad.

 

Arizona fue hasta este mes uno de los que se negó a otorgar licencias a los “soñadores”, según lo dispuesto por la Acción Diferida aprobada hace dos años por el presidente Barack Obama, mientras que en Nebraska un plebiscito anuló la ley que daba licencias a indocumentados.

 

En el caso de Arizona, la gobernadora Jan Brewer anunció la prohibición de las licencias el 15 de agosto de 2012, el día en que entró en vigencia la medida presidencial que protege contra las deportaciones y permite trabajar y estudiar a los indocumentados que fueron traídos muy pequeños al país.