WASHINGTON. El resumen de un informe secreto de seis mil 300 páginas sobre métodos ampliados de interrogatorio de la CIA, que comenzaron a aplicarse luego de los atentados a las Torres Gemelas y puesto a disposición de la opinión pública por el Comité de Inteligencia del Senado, afirma que los métodos de interrogatorio utilizados por esa agencia fueron “mucho peores” de lo que se había reconocido públicamente hasta ahora.

 

“Los brutales métodos de interrogatorio no fueron una forma eficiente de adquirir información precisa u obtener la cooperación de detenidos” señala el informe. Sin embargo, el director de la agencia defendió las acciones porque “produjeron inteligencia que ayudó a impedir ataques, capturar terroristas y salvar vidas”.

 

El documento, que incluye párrafos enteros cubiertos por una tinta negra para proteger información confidencial, apunta sin embargo, que la CIA insistía en la eficacia del sistema y que engañó al gobierno y a la opinión pública sobre el éxito del programa de interrogatorios.

 

El informe, publicado tras cinco años de recopilación de documentos e investigaciones, aborda el uso de controvertidos procesos de interrogatorio a sospechosos y miembros de Al Qaeda retenidos en instalaciones secretas en Europa y Asia en los ocho años posteriores a los atentados del 11 de septiembre de 2001 (11-S). Según indica el estudio, los detenidos tras los atentados de las Torres Gemelas de Nueva York sufrieron prácticas como la privación de sueño durante más de una semana o la amenaza continua de que no iban a salir vivos de la custodia a la que estaban siendo sometidos.

 

Asimismo, el texto indica que, con la aprobación del personal médico de la CIA, al menos cinco de los prisioneros fueron sometidos a procedimientos “médicamente innecesarios” de “alimentación rectal” o “hidratación rectal”, y otros tantos a baños de hielo. “Uno de los interrogadores le dijo a un detenido que nunca irían a juicio porque ‘no podemos dejar nunca saber al mundo que les hemos hecho'”, relata el informe.

 

“Agentes de la CIA también amenazaron al menos a tres detenidos con hacer daño a sus familias, incluyendo a los hijos de un detenido y amenazando con abusar sexualmente de la madre de otro, y ‘rajarle la garganta a su madre'”, detalla el texto.

 

El informe describe asimismo las prácticas de asfixia simulada a las que fue sometido el reconocido como cerebro del 11-S, Khalid Shaikh Mohammed, así como a otros detenidos, definidos como “series de ahogamientos” que en muchas ocasiones les producían vómitos.

 

Una de las cosas más controvertidas del informe es el nombre de las personas que torturaron. El documento no cita a ningún agente que estuviera específicamente involucrado en esos actos por su nombre, sino que recurre a seudónimos.

 

El informe del que sólo menos del 10% se hizo público (el resto son documentos teóricamente secretos cuya publicación podría afectar a la seguridad nacional de Estados Unido), también revela que de los 119 detenidos bajo el programa de interrogatorios de la CIA, al menos 26 fueron retenidos por error.

 

 

Promesa de Obama

 

El presidente Barack Obama, calificó de “alarmante” el programa de interrogatorios de sospechosos de terrorismo que llevó a cabo la CIA y prometió hacer lo posible para que no se repita.

 

“Refuerza mi opinión de que estos duros métodos no sólo fueron incompatibles con nuestros valores como nación, sino que no sirvieron a nuestros esfuerzos contra el terrorismo o a nuestros intereses de seguridad nacional”, afirmó el presidente.

 

Según Obama, esas técnicas “dañaron significativamente la posición de Estados Unidos en el mundo e hicieron más difícil la persecución de nuestros intereses con nuestros aliados y socios”.

 

El presidente prometió además hacer todo lo que esté en su mano para “no recurrir nunca más a esos métodos”. “Espero que el informe nos ayude a dejar estas técnicas donde pertenecen, en el pasado”, dijo Obama.