BERLÍN. El módulo Philae perfora hoy la superficie del cometa 67P/Churyumov-Gerasimenko para recabar rápidamente muestras simples, ya que su batería podría apagarse en cuestión de horas, informó la Agencia Espacial Europea (ESA).

 

Los investigadores del Centro de Operaciones Espaciales de la ESA en la localidad alemana de Darmstadt, están en una carrera contra el tiempo ya que Philae funciona con energía solar y se encuentra a la sombra de una cueva al pie de un acantilado sobre el cometa.

 

La sonda espacial desplegó su taladro a la máxima extensión -25 centímetros- para perforar la superficie, a pesar del riesgo que ello representa, e iniciar la colecta de muestras, que serían analizadas en el laboratorio abordo del mismo módulo.

 

Los científicos aún confían en que lograrán obtener muestras, pero “si la batería muere, los resultados podrían nunca llegar a la Tierra”, reconoció Stephan Ulamec, director de operaciones del robot Philae, al informar que el taladro está activo.

 

“Estamos probando y sabremos esta noche si tiene éxito en tomar las muestras”, dijo Ulamec y añadió que “sería fantástico tenerlas, pero no está garantizado, tal vez la batería se agote antes de que lo consigamos”.

 

Indicó que los paneles solares en este primer módulo que aterriza en un cometa, están recibiendo sólo pequeñas cantidades de luz solar, pero es insuficiente para mantener las operaciones más allá del sábado.

 

Explicó que tratarán de girar el módulo de aterrizaje un poco, pues en la posición en la que ahora está Philae sólo un panel está expuesto al Sol, “vamos a intentar que un panel más grande pueda recibir los rayos para aumentar la probabilidad de que la batería siga viva”.

 

Valentina Lommatsch de la Agencia Espacial Alemana, agregó que esperaba Philae pueda rebotar para salir de ese punto oscuro, “es poco probable, pero con suerte lo lograremos”.

 

El Centro de Operaciones Espaciales confirmó la víspera que Philae aterrizó con éxito y se asentó de manera estable sobre la superficie de 67P, tras recibir los primeros datos que envió a la Tierra, a través de la nave Rosetta que lo transportó.

 

La información transmitida, que demoró 28 minutos en llegar a nuestro planeta, reveló que al aterrizar la sonda tocó tres veces la superficie hasta posarse cerca del acantilado y de inmediato sus instrumentos científicos comenzaron a trabajar.

 

La cámara de descenso reveló imágenes de que la superficie está cubierta por polvo y residuos, cuyos tamaños van desde milímetros a metros, mientras que la cámara CIVA envió una imagen panorámica que mostró que la sonda se estacionó cerca de una pared rocosa.

 

Durante la noche fueron desplegados un termómetro (MUPUS), diseñado para sondear las capas superiores del cometa, medir la temperatura y otras propiedades; y un espectómetro de masas APXS, que analizará la masa de los átomos para entender su composición química.

 

Los científicos quieren probar que los cometas como 67P pudieron haber traído agua a la Tierra hace millones de años, por lo que Philae tratará de tomar pedazos de hielo que serán analizados para determinar si su composición química coincide con la del vital líquido terrestre.  DM