AUSTIN. Mientras Nina Pham, la enfermera que se contagió de un enfermo de ébola en un hospital de Dallas, está aislada y “clínicamente estable”, las autoridades de Estados Unidos aún no saben qué falló en los protocolos, por lo que no descartan la posibilidad de nuevos casos entre el personal sanitario.

 

 
Pham, de 26 años, formó parte del equipo que atendió a Thomas Eric Duncan, el primer paciente de ébola diagnosticado fuera de África Occidental y fallecido el pasado miércoles tras diez días de aislamiento hospitalario.

 

Según reconoció el domingo el director de los Centros de Control de Prevención y Enfermedades (CDC) de Estados Unidos, Thomas Frieden, hubo “un fallo en el protocolo” y se produjo así el primer caso de contagio del virus dentro del país.

 

Pese a reconocer un error, las autoridades sanitarias aún no identificaron qué fue lo que pasó en el Hospital Plebiscitario de Dallas, por lo que Frieden confesó ayer que “no le sorprenderían” nuevos casos entre los compañeros de Pham.

 

“Debemos considerar la posibilidad de que haya casos adicionales de ébola entre los trabajadores que atendieron a Duncan”, dijo.

 

Es por eso que el director de los CDC hizo un llamado a todos los hospitales del país para que “piensen en el ébola” y estén listos para diagnosticar y aislar a una persona que haya estado en África Occidental y sufra los síntomas del virus.

 

El funcionario hizo esta declaración el mismo día en que el sindicato de enfermeros National Nurses United, el mayor del país, alertó de que 76% de profesionales del sector aún no ha recibido instrucciones de sus hospitales sobre cómo actuar en caso de que un paciente presente síntomas de ébola.

 

El contagio de Pham también supuso que las autoridades sanitarias pusieran bajo observación a otra persona, que por el momento no presenta síntomas del virus.

 

Con ésta, ya son 49 las personas que el Departamento de Salud de Texas considera “en riesgo” de contraer la enfermedad, el resto de ellas pertenecientes al entorno de Duncan.

 

Mientras tanto, la auxiliar de enfermería contagiada de Ébola en España, Teresa Romero, está generando anticuerpos y la carga viral en su cuerpo disminuye.

 

 

Romero, quien se infectó con el virus cuando atendía al misionero español Manuel García Viejo, repatriado desde Sierra Leona y que murió poco después a consecuencia del Ébola, “no ha perdido las facultades mentales en ningún momento”, según el profesor Luis Enjuanes, miembro del comité creado para el seguimiento del brote de este virus.

 

 

Este profesor de Investigación del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) de España y que forma parte del Comité Científico sobre el ébola, destacó que la paciente ha generado por si misma anticuerpos contra el virus, y eso es “muy positivo”, e indicó que Romero “no ha perdido las facultades mentales en ningún momento”.

 

En la evolución de la paciente influye “muchísimo” que es joven, porque la fuerza del sistema inmune está muy relacionada con la edad, señaló.

 

Con los dos tratamientos que se le han aplicado a la paciente: uno de anticuerpos producidos a partir del plasma de una donante, la monja Paciencia Melgar, y un antiviral, “la carga viral le ha bajado de forma muy fuerte”, resaltó el experto.

 

Preguntado sobre si tendrá posibles secuelas una vez que logre su recuperación, respondió que “probablemente no” debido a la edad de la enferma, de 44 años.