Ambas se estrenaron un 22 de septiembre, una en 1994 y la otra una década después. Y las dos cambiaron no sólo la forma de ver la  televisión y la cultura popular para siempre, sino la vida de varias generaciones que las convirtieron en las leyendas televisivas que ahora son.

Friends y Lost, dos series completamente opuestas entre sí en temática, tono y forma, están de aniversario, pero… ¿Por qué han permanecido hasta la fecha en la mente del espectador? ¿Qué las hizo tan especiales?

La herencia de Central Perk

Transmitida durante 10 temporadas a través de NBC, Friends terminó siendo no sólo una serie acerca de un grupo de amigos veinteañeros que se juntaban en un café neoyorquino friends2para compartir sus ideas sobre la vida, sino en un fenómeno cultural que, hasta la fecha, sigue dando de qué hablar.

La serie, creada por David Crane y Marta Kauffman, no sólo convirtió en estrellas a sus protagonistas (Jennifer Aniston, Courteney Cox, Lisa Kudrow, Matt LeBlanc, Matthew Perry y David Schwimmer) o ganó seis premios Emmy, sino que cambió la manera de mostrar las comedias de situación o sitcoms, hablando más abiertamente de tópicos como las experiencias sexuales, las expectativas de vida y los miedos y angustias de sus personajes, además de influir en cosas a nivel cultural, como por ejemplo: el peinado de Aniston, The Rachel, fue imitado por millones de mujeres alrededor del mundo; la frase de Joey, “How you doin’?” (“¿Cómo te va?”), se convirtió en parte del slang en idioma inglés; y hasta un empresario iraní, Mojitaba Asadian, inició en 2006 la franquicia Central Perk, recreando el icónico café de la serie y registrándola en 32 países. Pero más allá de eso, presentó un estilo de vida familiar alternativo, reflejo de la sociedad estadunidense de mediados de los años 90, en el que la familia podía ser “elegida” (los amigos) y en el que la juventud tomaba las riendas de la sociedad por sus propios méritos, sin la intervención de los padres, como solía presentarse en las comedias televisivas de antaño.

“Friends se destaca como un signo de que ahora vivimos en una sociedad en la que la juventud es la que manda, donde la imagen de la juventud es la dominante en nuestra cultura”, expresó la doctora Elayne Rapping, experta en cultura pop de la Universidad de Buffalo, Nueva York.

“Friends se destaca como un signo de que ahora vivimos en una sociedad en la que la juventud es la que manda, donde la imagen de la juventud es la dominante en nuestra cultura”

Elayne Rapping. Experta en cultura pop de la Universidad de Buffalo, NY

De vuelta a la isla

Creada por Jeffrey Lieber, JJ Abrams y Damon Lindelof, Lost se transmitió durante seis años en ABC y, desde el primer capítulo, se volvió parte de la cultura popular no sólo de EU, sino a nivel mundial. Grabada con un presupuesto millonario al estilo Hollywood, filmada con técnicas cinematográficas y con tintes de ciencia ficción, mitología, historias sobrenaturales y un gran drama alrededor de todos y cada uno de sus personajes (un grupo de pasajeros que sobreviven un avionazo y se refugian en una misteriosa isla en medio del Océano Pacífico), cuyas vidas eran mostradas a través de flashbacks, la serie dio vida a una comunidad internacional de fans (lostaways o losties), miles de foros en internet dedicados a descubrir los secretos de la trama, una revista oficial, mobisodes (episodios especiales para celulares), juegos de video y hasta un aumento descomunal en los juegos de lotería con los números 4, 8, 15, 16, 23 y 42, de un significado especial cada uno en la serie. Y por supuesto, la invención de los flashforwards (vistazos al futuro), algo nunca antes visto a nivel masivo en la televisión.

Pero su verdadero impacto fue reflejar las vidas imperfectas de sus personajes y crear empatía con el público. Su multitudinario elenco (en el que destacaron Matthew Fox, Evangeline Lily, Josh Holloway y Terry O’Quinn, entre otros) y su diversidad de razas, sexos, edades y creencias provocaron que prácticamente todo mundo se pudiera identificar con una o más de sus historias, como expresó Chris Seay, autor de El Evangelio según Lost:

“Lost requería que te involucraras. La historia, que se transformó en un maratón de alusiones culturales, literarias, científicas y religiosas, logró que hubiera un reavivado interés en libros que valía la pena leer, en teorías científicas que merecían ser exploradas y en historia de las diferentes religiones mostradas en la serie, particularmente la judeo-cristiana. Eso no se había logrado en la TV”.

“Lost logró que hubiera un reavivado interés en libros que valía la pena leer, en teorías científicas que merecían ser exploradas y en historia de las diferentes religiones mostradas en la serie. Eso no se había logrado en la TV”

Chris Seay. Autor de “El Evangelio según Lost”.

Las herederas

Friends y Lost dejaron un legado en la manera de hacer televisión que ha dejado un puñado de nuevas series que han impactado en fechas recientes, de las cuales las más destacadas son:

Breaking Bad

Considerada una de las mejores series de la historia, su éxito radicó en mostrar como un hombre común y corriente, Walter White, puede descender al lado oscuro sin creer que está haciendo mal, en un ejemplo claro de megalomanía y lujuria por el poder.

Game of Thrones

Basada en la saga literaria de George R.R. Martin, ha destacado por lo crudo y espectacular de muchas de sus secuencias, sus gran producción y por la tendencia de su autor de matar inmisericordemente a cualquier personaje, sin importar su rango o impacto en la historia.

House of Cards

Aunque es un remake de la serie británica del mismo nombre, ha generado un gran impacto por mostrar, de manera elegante y brillantemente escrita, los entretelones de la política y el poder en Estados Unidos.

Orange is the New Black

Su elenco es 90% femenino, y muestra sin tapujos ni miramientos, con tintes de drama y humor negro, la vida de las reclusas en una prisión, sus inclinaciones sexuales o sus relaciones interpersonales.

Modern Family

Da un paso más allá que Friends y muestra, a manera de comedia, la nueva realidad familiar que se vive en la sociedad de los suburbios de Los Ángeles, con los problemas de identidad sexualidad y relaciones interpersonales entre sus integrantes.