El ex tesorero de Coahuila, Héctor Javier Villarreal Hernández, se declaró ayer culpable de los cargos de lavado de dinero y conspiración para transportar dinero robado. Esto a unos días de que se comprometiera a entregar 6.5 millones de dólares que, se presume, fueron parte del erario coahuilense.

 

De acuerdo a la información de los expedientes del caso radicados en la Corte del Distrito Sur de Texas, Villarreal y cuatro cómplices robaron alrededor de 35 millones de dólares del erario de Coahuila, el cual lavaron en bancos de San Antonio y Valle del Río Grande, en Texas, así como en Las Bermudas.

 

Además, se afirma que el dinero encontrado en distintas cuentas bancarias vinculadas con él proviene también del tráfico de drogas, sobornos y fraudes.

 

En un comunicado difundido el año pasado por la Oficina del Fiscal del Distrito Oeste de Texas, se explica que desde 2008 Villarreal y otras personas realizaron transacciones financieras relacionadas con la importación, venta y distribución de sustancias controladas.

 

Villarreal usaba la cuenta 26-2673-031320, en el Banco N. T. Butterfield and Son Limited, en Bermudas, en la cual fueron encontrados 2 millones 275 mil 544 dólares, que fueron decomisados por la Corte del Distrito Sur de Texas.

 

De esta cuenta bancaria se habrían realizado disposiciones que, se presume, quedaron en manos de Altagracia Daniela Rodríguez García, Paola Villarreal, Ixtel Botello Schuessler, Javier Villarreal García y de la empresa Doña Paola.

 

En noviembre de 2013 se presentaron cargos en contra de Villarreal y el ex gobernador de Coahuila, Jorge Torres López, por lavado de dinero. La juez Janice Ellington, de la Corte del Distrito Sur, ordenó la aprehensión.

 

En este expediente se señala que el ex gobernador transfirió 2.5 millones de dólares a una cuenta en el banco JP Morgan Chase en Texas durante el 2008. A Villarreal se le acusa de mentir a los bancos estadounidenses entre agosto de 2009 y febrero de 2012. Los fondos de las cuentas fueron decomisados.

 

Villarreal Hernández, que fue tesorero de 2008 a 2011 durante la administración de Humberto Moreira, se entregó a las autoridades estadunidenses en febrero de este año y desde su primera audiencia buscó negociar con la fiscalía.