MOSCÚ. El presidente ruso, Vladímir Putin, instó a Ucrania a abrir urgentes negociaciones para cambiar su modelo de Estado y frenar así la guerra, en un claro intento de arrancar mayores competencias para el este rusohablante.

 

“Hay que proceder de inmediato a abrir negociaciones sustanciales, pero no sobre temas técnicos, sino sobre cuestiones de la organización política de la sociedad y el modelo de Estado en el sureste de Ucrania”, aseguró Putin en declaraciones a la televisión pública.

 

El objetivo de esas negociaciones sería, “sin lugar a dudas, garantizar los derechos legales de la gente que allí vive”, en alusión a la mayoría rusohablante que puebla las regiones de Donetsk y Lugansk, principales plazas fuertes rebeldes.

 

Aunque Putin no lo mencionó, Rusia aboga insistentemente por convertir a Ucrania en una federación en la que las regiones dispongan de competencias en materia presupuestaria y lingüística, además de elegir directamente a sus gobernadores.

 

Curiosamente, poco después de que se emitiera la entrevista, el Kremlin matizó que el presidente se refería no a la independencia del sureste de Ucrania, sino al inicio de un diálogo nacional sobre el modelo territorial y de Estado del país vecino.

 

Antes incluso de la sublevación armada en el este, el Kremlin propuso a Occidente una hoja de ruta sobre la federalización de Ucrania, aduciendo que un país donde el este y el oeste hablan idiomas diferentes, tiene economías dispares y honran a distintos héroes no puede ser un Estado unitario.

 

Es la teoría de “Las dos Ucranias”: el este industrial, minero, próspero y prorruso; y el oeste rural, agrícola, nacionalista y prooccidental.

 

Según el plan ruso, Ucrania pasaría a ser un estado federal a través de un referéndum, tras lo que las regiones dispondrían incluso de amplias competencias para entablar relaciones económicas con otros países.

 

Ucrania teme que la federalización del país sea el primer paso para la desintegración, más aún cuando fue Putin quien mencionó por vez primera a mediados de abril el concepto de Novorrosía, territorio que incluiría a seis regiones ucranianas (Járkov, Donetsk, Lugansk, Jersón, Odessa y Nikoláyevsk).

 

Según Putin, esas regiones pertenecían al imperio zarista hasta que en la década de 1920 las autoridades soviéticas las cedieron a Ucrania, hecho histórico que es muy del gusto de los separatistas prorrusos.

 

El nuevo modelo de Estado ucraniano por el que aboga el Kremlin también incluiría una política de no alineamiento en bloques militares, aunque Kiev ya anunció esta semana su intención de renunciar a esa neutralidad.

 

Por otro lado, Ucrania anunció que liberó a los diez soldados rusos que fueron apresados hace una semana tras cruzar ilegalmente la frontera. “Las negociaciones no fueron nada fáciles. Con todo, reinó el sentido común y todo terminó bien. Lo principal es que los chicos ya están con nosotros, en Rusia. Quiero subrayar que nosotros nunca abandonamos a los nuestros”, dijo Alexéi Ragozin, comandante adjunto de las Fuerzas Aerotransportadas de Rusia.