OAXACA, Oax. La Ley de Educación Estatal que entregó el jueves pasado ante el Congreso oaxaqueño el goberna- dor Gabino Cué Monteagudo es la misma de la Sección 22 de la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación. Eso sí, para engañar a bobos, le quitó algunas palabras de significados revolucionarios pero dejó la decisión de entregarle a la 22 el diseño y manejo de la educación en el estado.

 

La iniciativa 22-Cué (http://noticiastransicion.mx/images/ pdfs/cuadernos/ley-oaxaca.pdf) desdeña la reforma educativa del presidente Peña Nieto promulgada en febrero de 2013. Si la reforma federal le regresaba la rectoría educativa al Es- tado y asumía a los maestros como trabajadores de la educa- ción, la iniciativa 22-Cué es el Plan Para la Transformación de la Educación de Oaxaca (PTEO) aprobado por la Sección 22 en enero de 2012 (http://noticiastransicion.mx/images/ pdfs/cuadernos/pteo-2012.pdf).

 

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El artículo 95 de la iniciativa 22-Cué es el más importante porque reconoce el valor político de los maestros, no su nivel educativo. Así, en Oaxaca se creará el Sistema Estatal de Forma- ción Profesional de los Trabajadores de la Educación pero no en los términos de la reforma educativa del 2013 sino en relación a la formación ideológica de los docentes.

 

Las dos fracciones del 95 son claras en cuanto a la politización de los maestros: “I.- Articular los colectivos, la función técnico pedagógica y las instituciones formadoras de docentes, con la finali- dad de elaborar e implementar planes y programas de formación continua de los trabajadores de la educación, desde las perspectivas emancipadoras críticas, y “II.- Coordinar instancias, organismos, directivos, especialistas, colectivos y equi- pos pedagógicos de los niveles educativos para el diseño de propuestas y la ade- cuación e implementación de programas curriculares”. Como lo exigió la 22, el gobernador Cué delineó los niveles de capacitación de los maestros en relación a la politi- zación.

 

De ahí que la iniciativa 22-Cué asuma el concepto de “currículum crítico” que (artículo 87) “condensa la historia humana y social para desarrollar procesos educativos que formen a los estudiantes desde una perspectiva intercultural, crítica, popular y comunitaria considerando la diversidad cultural, biológica, lingüística, geográfica, económica y social”. Por si fuera poco, la iniciativa 22-Cué se separa de la política educativa federal y establece la creación de “planes y programas de estudio” locales, estatales, que respondan a las “exigencias del aprendizaje social” y a las condiciones multiculturales. “En con- secuencia (los planes y programas locales) incorporarán saberes y conocimientos comunitarios y populares, movilizados por los proyectos escolares y comunitarios”.

 

Y para coronar el separatismo educativo, la iniciativa 22-Cué se sale de los mecanismos de evaluación aprobados en la reforma educativa y crea el Sistema de Evaluación Educativa de Oaxaca (SEEO) con el “objeto de generar una cultura de evaluación desde la escuela y la comunidad”; la “cultura de evaluación” del SEEO “contribuirá a la transformación de las prácticas educativas que propicie la reflexión, la crítica y la autocrítica para la formación individual y social de los sujetos”.

 

Y sin tomar en cuenta los exá- menes del Instituto Nacional para la Evaluación Educativa, Oaxaca también se separa de los criterios federales de evaluación porque utilizará conceptos de la cultura colectivista. Así, la evaluación educativa en Oaxaca no la hará la autoridad educativa federal sino (artículo 102) “los colectivos escolar, comu- nitario y de zona”, es decir, la autoevaluación. La iniciativa 22-Cué expropia la educación para entregársela a los maestros que ahora mismo realizan plantones, marchas, asal- tos, secuestros y agresiones cotidianas contra los ciudadanos.