KIEV.  Moscú, por un lado, y Kiev y la Cruz Roja por otro, se responsabilizaron hoy de la retención en la frontera ruso-ucraniana de la carga humanitaria rusa para la población civil del este de Ucrania.

 

Aunque Kiev ha aceptado recibir la ayuda reunida por la población de Moscú y sus alrededores, se niega a la revisión y certificación de la carga hasta que la Cruz Roja asuma toda la responsabilidad por su contenido, gestión y reparto entre los habitantes de las zonas del este de Ucrania controladas por los separatistas prorrusos.

 

La Cruz Roja, por su parte, se lavó hoy las manos y rechazó asumir la jurisdicción de las más de 2.000 toneladas de ayuda humanitaria rusa, retenidas desde ayer en el paso fronterizo “Donetsk“, en el lado ruso, hasta que Kiev y Moscú ultimen todos los detalles de su entrada en territorio ucraniano.

 

“Las partes rusa y ucraniana deben llegar a un acuerdo. Hasta que no exista un acuerdo detallado, la Cruz Roja no asumirá la jurisdicción de la carga”, dijo hoy a los periodistas Galina Balzámova, del departamento de Relaciones Públicas de la organización internacional.

 

De esta manera, la organización internacional desmintió a los presidentes ruso, Vladímir Putin, y ucraniano, Petró Poroshenko, que habían dado por arreglado un asunto del que sigue pendiente todo el mundo desde hace al menos cinco días.

 

“La Cruz Roja se hará cargo de la ayuda humanitaria (rusa)”, anunció ayer Poroshenko.

 

Las tres partes parecen haber entablado un diálogo de sordos que tiene retenido la carga humanitaria rusa en el paso fronterizo “Donetsk” sin que haya visos de que pueda cruzar a Ucrania antes de la próxima semana, como pronto.

 

La Cruz Roja exige a Rusia una lista pormenorizada de toda la carga humanitaria, repartida entre 262 camiones, mientras que Moscú asegura que dicha relación ha sido remitida al cuartel general de la organización hace ya varios días.

 

“Hace varios días hemos entregado a la sede central de la Cruz Roja las nominaciones detalladas de toda la carga humanitaria, incluidos el número de empaquetados y las fechas de caducidad de los alimentos”, señala una nota publicada hoy en la web del Ministerio de Asuntos Exteriores ruso.

 

Sin embargo, el jefe de la Cruz Roja para Europa y Asia, Loran Korba, lamentó ayer desde la capital ucraniana que Rusia no haya ofrecido todavía una relación detallada del contenido del convoy.

 

“Tenemos una lista general, pero no tenemos la detallada, que es imprescindible”, reiteró a su vez hoy Balzámova.

 

La cancillería rusa, no obstante, subrayó en su comunicado que desde la Cruz Roja “no han llegado solicitudes de precisar o detallar” el contenido del convoy humanitario, parado desde ayer en el puesto fronterizo ruso “Donetsk”.

 

“Entendemos que se trata del enésimo intento de impedir el envío de la ayuda humanitaria rusa a la población civil del Donbass (zona hullera que integra las rebeldes regiones ucranianas de Donetsk y Lugansk)”, denunció la cartera rusa.

 

Tras tres días de travesía desde Moscú, los 262 camiones pintados de blanco llegó ayer al paso fronterizo “Donetsk”, donde los reporteros pudieron ojear el cargamento de alimentos, sacos de dormir, medicinas y generadores eléctricos.

 

Al otro lado se encuentra el puesto ucraniano “Izvárino”, en manos de los separatistas prorrusos y el punto más probable por el que el convoy humanitario penetrará en el territorio de Ucrania.

Según informó el mando militar ucraniano, “la carga irá a Lugansk”, ciudad rebelde sitiada que se encuentra al borde de la catástrofe humanitaria, ya que carece de agua y luz desde hace dos semanas y ha sido abandonada por la mitad de su casi medio millón de habitantes.

 

Los combates y el cañoneo continuaron hoy tanto en Lugansk como en Donetsk, prácticamente cercada por las tropas ucranianas y sometidas desde hace varios días a fuego de artillería del que se culpan las partes en conflicto.

 

“No disparamos con artillería ni bombardeamos desde el aire contra Donetsk y Lugansk. Lo que sí hay allí, parcialmente, son combates callejeros (…) de nuestras fuerzas especiales de asalto”, dijo hoy el portavoz del Consejo de Seguridad Nacional y Defensa de Ucrania, Andréi Lisenko.

 

En menos de una semana, más de 80 civiles han muerto y más de 120 han resultado heridos durante los encarnizados combates en la región de Donetsk.

 

Según fuentes oficiales, las fuerzas gubernamentales han estrechado en los últimos días el cerco en torno a Donetsk, aunque los rebeldes prorrusos aún controlan varios bastiones clave al este de esa ciudad.