La noche de este miércoles la legendaria estrella de la Época de Oro del cine mexicano, Columba Dominguez, falleció a los 85 años de edad, informó el Instituto Mexicano del Cine (Imcine), citando una fuente familiar.

 

Las causas del fallecimiento fueron reservadas, según reportó personal del Hospital Angeles Santelena, a donde había ingresado la primera actriz.

 

El cuerpo será trasladado a la funeraria Gayosso de Félix Cuevas, en las primeras horas de este jueves, donde será velado.

 

Fuentes del nosocomio, señalaron que familiares y amigos respondieron al llamado para recibir el cuerpo.

 

Columba Domínguez Adalid, nació en Guaymas, Sonora, un 4 de marzo de 1929, y fue una musa del director Emilio El Indio Fernández, a quien además estuvo unida sentimentalmente. Y según ella misma filtró, con quien estuvo casada, luego de que contrajeran nupcias en secreto.

 

Su sobrino Giuliano Molina dio a conocer la noticia vía Twitter. A través de su cuenta publicó: “Descansa tía en el cielo donde perteneces, orgullo familiar y del cine nacional mexicano, Columba Domínguez”,sobre la diva, sin dar más precisiones, posteriormente el IMCINE confirmó el deceso.

 

 

Es recordada particularmente por su actuación en la cinta “Pueblerina” de 1949, considerada una de las joyas del Cine Mexicano, al lado de Roberto Cañedo, que además fue su primer protagónico en le Séptimo Arte.  

 

Fue descubierta por Fernández quien le dio entrada al cine con pequeños personajes en películas como La Perla (1945) y Río Escondido (1947).  

 

En 1948 Fernández le da el papel antagónico a María Félix en la cinta Maclovia (1948). Tambiém se recuerdan sus acutaciones en  Pepita Jiménez (1945) y La malquerida (1948). 

 

Trabajó también bajo el mando del director español Luis Buñuel, en El río y la muerte (1955) y con el mexicano Ismael Rodríguez, en Los hermanos del hierro (1961) y Animas Trujano (1962).

 

Columba tuvo una única hija, producto de su amor con Emilio Fernández, Jacaranda (1952) quien falleció trágicamente al caer desde el cuarto piso de un edificio, en circunstancias que nunca fueron aclaradas.