BAGDAD/EBRIL. El primer ministro saliente de Irak, Nuri Al Maliki, se negó a dejar su cargo salvo que lo ordene una resolución del Tribunal Federal, cerrando así el paso a una renovación política que pretende liderar el jefe de gobierno designado, Haidar al Abadi.

 

 
A pesar de las demandas de dentro y fuera de Irak y del nombramiento de un nuevo primer ministro por parte del presidente, Fuad Masum, Al Maliki se aferró al poder y pidió a todos los bloques políticos que rechacen esa “violación de la Constitución”.

 
El chií Al Maliki, durante su discurso semanal televisado, también pidió a todas las partes que se comprometan con la ley y la Constitución “para no causar más disturbios”.

 

Precisamente para calmar la situación de violencia que vive actualmente el país, distintas voces nacionales e internacionales le han pedido a Al Maliki que renuncie a su puesto, entre ellas Estados Unidos y el máximo clérigo chií, Ali al Sistani.

 

“Al Maliki es un símbolo de la división entre suníes y chiíes”, dijo a la Agencia EFE el responsable de relaciones internacionales de la Unión Patriótica del Kurdistán (UPK), Sadi Pire.

 

El dirigente de la UPK consideró que la actual ofensiva de los yihadistas del Estado Islámico (EI) se produjo porque estos aprovecharon la inestabilidad de Irak, provocada por la “exclusión de los suníes del Gobierno iraquí por parte de Al Maliki”.

 

Los enfrentamientos entre los insurgentes suníes y las fuerzas iraquíes, además de varios atentados, provocaron al menos 34 muertos y 72 heridos en diferentes partes del país.

 

El ataque más mortífero tuvo lugar en el centro de Tikrit, la capital de la provincia de Saladino, al norte de Bagdad, en el que varios bombardeos de artillería contra el barrio de Al Zuhur hicieron perder la vida a 12 personas y causaron heridas a otras 16.

 
Una fuente policial añadió que nueve yihadistas fallecieron y otros 13 resultaron heridos en enfrentamientos entre el EI y las fuerzas iraquíes en la localidad de Al Auya, al sur de Tikrit, cuna del expresidente iraquí Sadam Husein.

 

Además de otros choques en el resto del país, cuatro explosiones en Bagdad, tres de ellas con coche bomba, mataron a ocho personas y provocaron heridas a 36.

 
Por otro lado, continúa el apoyo internacional a los “peshmergas”, los soldados kurdos, para evitar que los yihadistas avancen hacia su capital en Irak, Erbil.

 

El presidente francés, François Hollande, anunció el envío de armas “en las próximas horas” a Irak, lo que se suma a las operaciones de la aviación estadounidense estos días en la zona.

 

Con esta decisión, el ejecutivo francés pretende “responder a las necesidades urgentes expresadas por las autoridades regionales del Kurdistán” iraquí, según un comunicado del Palacio del Elíseo, sede de la Presidencia gala.

 

A pesar de la negativa de Al Maliki a abandonar el poder, varios países anunciaron su apoyo a las nuevas autoridades iraquíes, lideradas por Al Abadi y Masum.

 

Jordania, Francia y Siria, entre otros países, otorgaron importancia a estos nombramientos y destacaron su relevancia para salir de la actual crisis política y armada que vive Irak.