El brote de ébola que afecta a África Occidental infectó ya a mil 323 personas, de las cuales 729 murieron, según el último recuento realizado por la Organización Mundial de la Salud (OMS).

 

Del 24 al 27 de julio, Guinea Conakry registró 33 nuevos casos y 20 muertos, lo que eleva el número de contagios a 460 nuevos casos y 339 muertes.

 

Liberia contabilizó 80 nuevos casos y 27 decesos, por lo que la cifra de contagios asciende a 329 y la de muertes a 156.

 

Nigeria registró un primer caso de contagio en una persona que falleció.

 

Por su parte, Sierra Leona contabilizó ocho nuevos casos en ese periodo y nueve muertes, por lo que la cifra total de personas contaminadas asciende a 533, mientras que la de fallecidos suma 233.

 

La OMS especifica, en un comunicado, que la situación “se mantiene precaria” con transmisión sostenida en la comunidad y en los centros de salud.

 

“Los nuevos contagios evidencian que se deben redoblar los esfuerzos para luchar contra los problemas identificados, como la transmisión en los centros de salud, y un sistema de control efectivo de los contactos”, señala.

 

Por otra parte, la OMS especifica que se han detectado 59 personas que estuvieron en contacto con la persona que llegó a Nigeria infectada y que luego murió.

 

Antes de llegar a Nigeria esa persona pasó por Ghana y Togo, por lo que las autoridades de esos países también están investigando e intentando localizar los eventuales contactos con el enfermo.

 

Las muestras de este caso aún deben llegar al Instituto Pasteur en Senegal donde serán analizadas.

 

El retraso se debe a que ninguna empresa de transportes ha querido asumir el traslado.

 

“A pesar de que sólo se ha detectado un caso en Nigeria hasta ahora, la infección del virus del ébola en este país representa un desarrollo significativo en el curso de este brote”, advierte la OMS.

 

La agencia sanitaria de Naciones Unidas especifica que mantiene conversaciones con donantes para poder dotar a los países afectados de los recursos necesarios para luchar contra la epidemia.

 

Los portavoces de la OMS siguen insistiendo en su preocupación porque persisten las creencias erróneas entorno a la enfermedad, y la población no renuncia a costumbres ancestrales como lavar y abrazar los cadáveres antes de enterrarlos, lo que expone al contagio con el virus.