BUENOS AIRES. Argentina tiene unas horas antes de que venza el plazo para pactar con los llamados fondos buitre por un fallo judicial que le ordenó negociar con ellos antes de seguir cumpliendo a los tenedores que acordaron canjear su deuda en 2005 y 2010.

 

Integrantes del gobierno argentino se reunieron el martes en Nueva York con Daniel Pollack, el mediador designado por el juez Thomas Griesa para intentar llegar a un acuerdo y evitar la suspensión de pagos. El plazo vence el 30 de julio.

 

Pero el gobierno argentino descartó la posibilidad de ingresar en una moratoria de su deuda y espera que el juez neoyorquino Thomas Griesa acepte otorgar una medida cautelar que le brinde al país latinoamericano un “plazo determinado” para poder resolver los problemas con sus acreedores sin apuros.

 

Griesa ha denegado a Argentina una medida cautelar para poder pagar a sus otros deudores, los que poseen bonos reestructurados en 2005 o 2010 (el 92,4 % del total de los acreedores), y recomendado a los bancos que congelen el dinero enviado para hacer esos pagos.

 

Si estos acreedores no reciben los pagos el 30 de julio, el país suramericano caería en un “default” técnico, algo que el gobierno argentino no reconoce.

 

“Argentina pidió la suspensión de la sentencia para establecer condiciones de negociación justas, equitativas y legales”, reiteró Capitanich.

 

En ese sentido, subrayó que Argentina “ha estudiado todas las variantes y ha hecho las presentaciones correspondientes defendiendo el interés nacional y la soberanía con una posición clara de reestructuración de la deuda”.

 

Las críticas

 

Reiteró que Argentina pagó y cumplió con sus obligaciones financieras “con el 92.4% de los bonos reestructurados” y “se sometió a esa jurisdicción porque este Gobierno no tomó la deuda y ninguno de los litigantes puso un solo dólar”.

 

Capitanich aseguró que “nada es imputable en términos de responsabilidad de este gobierno, que se hizo cargo de una deuda que otros contrajeron para cancelarla en tiempo y forma en virtud de la capacidad de pago”.

 

En el litigio planteado en EU por los fondos de inversión que poseen deuda argentina no reestructurada después del cese de pagos de 2001 existe “una actitud beligerante y de mala fe que no permite resolver el problema”, subrayó Capitanich.

 

El jefe del gabinete criticó abiertamente las decisiones del juez Griesa, que ha fallado a favor de los fondos que reclaman al país el pago de unos un mil 500 millones de dólares por deuda en mora desde 2001, y denunció “una serie de anormalidades” en el proceso en Nueva York.

 

Para Capitanich, será “el primer caso en el mundo que un deudor paga y existe un juez que pretende interpretar lo contrario, y en definitiva un acreedor no puede declarar el default de nadie”

 

El jefe de Gabinete no descartó la posibilidad de que el ministro de Economía, Axel Kicillof, que se encuentra junto a la presidenta Cristina Fernández en Caracas para asistir a la cumbre del Mercosur pueda viajar desde allí a Nueva York para participar en las conversaciones con el mediador judicial designado por Griesa.

 

“Pero esa es una decisión que tomará junto a la presidenta”, concluyó.