Más de 170 palestinos murieron y unos mil 200 resultaron heridos, la mayoría civiles, al cumplirse hoy la séptima jornada de la operación israelí “Margen protector” en Gaza, mientras aumentan los llamamientos para que las partes declaren un alto el fuego inmediato.

 

Desde la pasada medianoche, cuatro palestinos murieron y cerca de 60 resultaron heridos en ataques israelíes que se enmarcan en una operación de castigo con la que Israel trata de poner fin al disparo de cohetes contra su territorio.

 

Un portavoz militar indicó que desde esta mañana las milicias lanzaron 75 cohetes, de los que 55 impactaron en zonas deshabitadas y al menos 12 fueron interceptados por el sistema israelí Cúpula de Hierro, mientras que el resto cayó en territorio de Gaza.

 

Desde que comenzó la operación, Israel ha recibido el impacto de más de 800 proyectiles y otros 87 fueron derribados en vuelo.

 

Durante la jornada de hoy, sobre todo de madrugada, Israel ha atacado duramente el norte de la Franja y otras posiciones islamistas, entre el temor creciente de la población civil.

 

Miles de civiles abandonan desde ayer sus casas en el norte de la Franja para dirigirse a zonas más seguras en el sur o a centros de la ONU y otras organizaciones internacionales.

 

Desde Ramala, el gobierno palestino pidió a la comunidad internacional protección para su población y que Israel se avenga a un alto el fuego inmediato.

 

Con ese fin, el presidente de la ANP, Mahmud Abás, viajará entre hoy y mañana a El Cairo para dialogar con su colega egipcio, Abdelfatah Al Sisi, y pedirle una rápida intervención que ponga fin al derrame de sangre.

 

“hacemos todo lo posible para que esto termine (…) Y, si Israel no lo quiere parar, volver a acudir a la comunidad internacional con la responsabilidad que ella tiene sobre una población civil desarmada que es bombardeada”, declaró el portavoz del Departamento de Negociaciones de la Organización para la Liberación de Palestina (OLP), Xabier Abu Eid.

 

En el plano político interno israelí, el gobierno de Benjamín Netanyahu no ha decidido aún lanzar una incursión terrestre en Gaza, pese a que está todo preparado, lo que generó las quejas del ministro de Exteriores, Avigdor Lieberman, y otros políticos de derechas.

 

“Si la operación acaba ahora, nos quedará claro a todos que será sólo un paréntesis antes de la cuarta operación, y eso no merece la pena“, opinó el jefe de la diplomacia israelí.

 

Pese a los llamamientos de los nacionalistas, cada vez en Israel se escuchan más voces, tanto desde la izquierda como desde la derecha, que piden al Ejecutivo de Netanyahu que declare un cese de hostilidades de forma unilateral.

 

Sugieren que con ello se daría margen al presidente palestino a negociar una tregua, beneficiaría a la cada vez más deteriorada imagen de Israel en el mundo y dejaría en evidencia al movimiento islamista Hamás como la parte que no quiere el cese de las hostilidades.

 

En una demostración de fuerza sin mucho éxito, este grupo palestino envió esta mañana un avión no tripulado hacia Israel que fue derribado por un misil patriota, informó el ejército.

 

Las “Brigadas de Azedín al-Kasem“, brazo armado del movimiento islamista, reconocieron el envío de tres aparatos no tripulados contra el sur de Israel, con misiones diferentes que no explicaron.

 

Según un comunicado difundido por el grupo en Gaza, Hamás dice que cuenta en su arsenal con tres tipos de este aparato, que bautizó como Ababil: el AB1, desarrollado para misiones de espionaje; el AB2, diseñado para lanzar ataques, y el AB3, un planeador suicida.

 

“Los tres aparatos lanzados hoy fracasaron en los dos objetivos que perseguían”, indicaron las Brigadas, que no detallaron de qué tipo de “drones” se trataba o qué misiones desarrollaban.

 

El avión interceptado se dirigía al puerto mediterráneo de Ashdod, a unos 30 kilómetros al norte de la Franja de Gaza, al ser derribado por la artillería antiaérea israelí.