Ni al Atlas, ni a las Chivas, ni siquiera a los Leones Negros. Francisco Javier Rodríguez, el bien querido por pocos y odiado por la mayoría, deja el nido para recalar nada más ni nada menos en el equipo al que hace un año le arrebató el campeonato de Liga: La Máquina Celeste de Cruz Azul.