WASHINGTON. La directora del diario Le Monde, Natalie Nourgayrède, presentó su dimisión, tras no haber podido ganar el pulso que mantenía con la redacción en pleno proceso de transición digital y que había provocado un goteo constantes de bajas en el seno de la dirección. Horas más tarde el diario New York Times anunciaba que la directora ejecutiva Jill Abramson sería remplazada por el director gerente Dean Baquet después de dos años y medio en el cargo.

 

La salida de Nourgayrède del prestigioso vespertino, que este año celebra su 70 aniversario, supone un nuevo capítulo en el conflicto entre la dirección y los redactores, con el telón de fondo del proyecto de potenciar la sección digital en detrimento del papel.

 

En los últimos días, el duelo se había cristalizado en la dimisión el 6 de mayo de siete de los diez redactores jefe del diario, en protesta por los planes de la jerarquía del rotativo. Tres días más tarde, Nourgayrède provocó la salida de sus dos adjuntos, muy criticados en la redacción. Desde entonces, la directora trató de formar un nuevo equipo directivo, pero el divorcio con la redacción ya se había consumado y no lo logró, lo que fundamentó su dimisión.

 

Refrendada por casi el 80% de los periodistas en marzo de 2013, la directora constató que no contaba con el respaldo de la redacción a la hora de poner en marcha su plan de potenciación de la versión digital del diario.

 

El mismo preveía, entre otras cosas, que algo más de medio centenar de periodistas que actualmente elaboraban el vespertino de papel pasaran a la redacción de internet. Algunos sindicatos consideraban que se trataba de un proyecto para reducir el tamaño de la redacción.

 

“Los ataques directos y personales a la dirección y a mi acción me impiden poner en marcha el plan de transformación que presenté a los accionistas y que precisa de un acuerdo amplio de la redacción”, señaló Nougayrède en su carta de renuncia.

 

Los periodistas de este diario, fundado en 1973 por el filósofo Jean-Paul Sartre, mantienen un conflicto con los accionistas, que pretenden cambiar todo su funcionamiento para, según ellos, adaptarlo a las nuevas tecnologías.

 

Una estadía corta

 

New York Times no dio razones para el cambio de Jill Abramson que será sustituida por Dean Baquet. Ambos habían ocupado sus actuales puestos desde septiembre de 2011.

 

“Me ha gustado mi trayectoria en el Times”, dijo Abramson en un comunicado. “He trabajado con los mejores periodistas del mundo haciendo periodismo de calle”, añadió la periodista quien fue la primera mujer en ocupar un cargo de tanta relevancia en el rotativo, fundado en 1851, tras ser nombrada directora en 2011 como sustituta de Bill Keller.

 

“Es un honor que le pidan a uno dirigir la única sala de redacción del país que es mejor de lo que era hace una generación, que enfrenta el mundo cada día con admiración y ambición”, dijo Baquet en un comunicado difundido por el periódico.

 

El relevo ocurre en un contexto de reorganización en la estrategia del Times, y en la industria editorial en general, para centrarse en productos digitales y apartarse de los diarios impresos debido al declive en circulación e ingresos por publicidad de éstos.

 

Arthur Sulzberger Jr., editor del diario y presidente de la compañía, calificó a Baquet como el periodista mejor calificado para encargarse del trabajo en la sala de redacción del Times.

 

Baquet, de 57 años, recibió un premio Pulitzer por periodismo de investigación en 1988 y sería el primer afroamericano en ocupar el puesto editorial de mayor rango en el diario.

 

Aunque no ha habido una razón oficial del cese, en su discurso a la sala de redacción, Sulzberger dijo que sintió la necesidad de hacer un cambio en la gestión. Sin dar mas detalles. Sulzberger dijo que la salida de Abramson estaba relacionada con su gestión de la sala de redacción y no hizo ningún esfuerzo para sugerir que Abramson se iba por su propia voluntad.

 

New York Post apuntó que se habían producido enfrentamientos entre Baquet y Abramson, por la dirección del periódico, al tiempo que bajo su mandato muchas firmas de prestigio habían abandonado el periódico.

 

Según algunos trabajadores del periódico, Abramson y Sulzberger se habían enfrentado recientemente, pero no estaba claro cuáles eran sus diferencias.