¿Deja Vu? Parece ser el nuevo sueño azul. Es La Máquina de Luis Fernando. Máquina, ¡al fin campeón!; de intenso azul cielo celeste. Azul de oro, gracias a que Tena es de oro. Y es que tuvieron que pasar casi 17 años y 10 finales para que los cementeros vuelvan a la cima de la Concacaf, para que los Azules vayan por primera vez en su historia a un Mundial de Clubes, para que Cruz Azul se acerque como nunca a terminar con una malaria que empezó en 1997, justo después de que Carlos Hermosillo levantó el último título celeste, bajo la batuta del último técnico que pudo llevarlos al título: Luis Fernando Tena, el mismo que el 24 de agosto de 1997 los llevó a coronarse en la final de la Liga de campeones de Concacaf ante Los Ángeles Galaxy, y casi tres meses después campeones de Liga en el Invierno 1997 ante el León. Sí, la pregunta es si el título cementero de ayer significará una premonición que se complementará en la próxima Liguilla del futbol mexicano.

 

La historia cambia porque Cruz Azul es monarca, pero no por el sufrimiento que tienen que padecer los seguidores capitalinos para levantar un trofeo. Ya lo pasaron durante el torneo de Copa del año pasado, cuando tuvieron que ir hasta los penaltis para vencer al hoy descendido Atlante. Ayer, ni siquiera pudieron celebrar el título con una victoria. Sacaron el 1-1 en La Bombonera toluqueña, empate suficiente para levantar su sexto trofeo de Concacaf, gracias al gol de visitante marcado por Pavone sobre el minuto 40 del primer tiempo y claro, a un Marco Fabián irreconocible desde que se vistió de azul.

 

Y es que pareciera que debió llover granizo tamaño naranja, estremecerse la tierra en más de siete grados en previa semana santa, para que el tormento cementero terminará. ¡Cruz Azul es campeón!, cuánto cuesta decir estás palabras a favor de La Máquina. Porque a los que vistieron ayer de blanco les gusta la flagelación. El sufrimiento completo. Los pasajes tormentosos del pasado. Lo vivieron con el gol de Edgar Benítez, el mismo hombre que en 2010 les robó el campeonato de Concacaf en la final ante Pachuca, en el último minuto.

 

Tormento porque sobre la agonía Toluca encendió la caldera del infierno sobre los últimos segundos y si antes Castro, ayer Perea le desviaba un baló a Corona sobre la agonía del juego, pero Velázquez no fue tan diablo como Cardozo lo hubiera deseado, y el campeonato fue para Cruz Azul.

 

La diferencia es que el talismán de oro está de vuelta en el banquillo azul. Luis Fernando Tena, un hombre que volvió a La noria para devolverle trofeos, al menos ya tiene el de Concachampions. Ayer, Tena agradeció que los dos mil dólares invertidos en la revisión del caso Corona estuvieran bien gastados, porque el arquero fue determinante para el título.

 

Luis Fernando Tena ya lo hizo en 1997 con La Máquina, y ahora mira a la Liga, para emular aquel doblete. Cruz Azul es campeón de la Concachampions y jugará el próximo Mundial de Clubes en Marruecos.