El director de teatro Enrique Singer y el dramaturgo Jaime Chabaud coincidieron en que es una lamentable pérdida para las letras universales el fallecimiento del escritor Gabriel García Márquez, Premio Nobel de Literatura 1982, un gran hombre que deja un importante legado con su obra “Cien años de soledad”.

 

Singer mencionó que la obra literaria de García Márquez es fundamental no nada más en las letras mexicanas sino internacionales, porque dejó “en mi generación, en la que crecimos cobijados con esa visión mágica tan profundamente real al mismo tiempo”.

 

Desde esa perspectiva, abundó el también director de Teatro de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), su muerte puede considerarse la pérdida de una forma de ver el mundo, la de García Márquez como el mayor y más grande representante del realismo mágico.

 

“En nuestra generación estuvimos rodeados de esa visión del mundo a través de una lente que parecía extraña y sin embargo nos parecía tan certera a todos, que casi se podría decir que el escritor García Márquez acabó convirtiéndose en costumbrista”, expresó.

 

También opinó que la obra “Cien años de soledad” siempre será el parteaguas de la literatura, pero hay otras obras como “Los Funerales de la Mamá Grande”, que son muy importantes.

 

El dramaturgo Jaime Chabaud comentó que García Márquez fue uno de los grandes narradores en “nuestra lengua y como dramaturgo me ha tocado, como un experimentador de formas narrativas que son perfectamente trasladables al teatro, no me refiero a adaptar sus obras, sino a estructuras y juegos que empleó como en ´Crónica de una muerte anunciada´.

 

“Es darle vuelta a un mismo suceso de distintos puntos de vista y eso se ha utilizado al teatro, o experimentación narrativa como ´El otoño del patriarca´, que hoy perfectamente podemos ver en las nuevas manifestaciones de las textualidades al teatro”, señaló.

 

Chabaud consideró que “Gabo”, como cariñosamente se le llamaba al autor, “fue uno de los grandes escritores que nos formaron a quienes hoy tenemos 30, 40 o 50 años de edad”.

 

En cuanto a la obra literaria, destacó que se queda con “Cien años de soledad” que es fundamental, pero también con otros textos como “El otoño del patriarca”.