Werevertumorro y Yuya, dos de los videobloggers más populares de YouTube en México, han protagonizado una rebelión en redes sociales luego de verse en medio de una situación legal que ha confundido a sus millones de suscriptores y generado dudas sobre la continuación de sus canales de videos.

 

Ambos jóvenes reflejan una situación que otras populares estrellas de Youtube enfrentan con las networks.

 

Gabriel Montiel, autor y creador de contenidos del canal Werevertumorro, decidió en respuesta eliminar todos los videos en su canal, excepto dos: uno titulado “Adiós Werevertumorro” y “¿Volveremos…?”, que trata de una canción y una recopilación de los mejores momentos del crew.

 

Semanas atrás, Montiel hizo un videoblog en el que justificaba su retraso en la publicación de videos porque se mudaba de casa y “no tenía internet”.

 

Pero ha trascendido que el joven enfrenta un litigio por el nombre de su canal en Youtube.

 

“Si alguien sabe porfa dígame por qué YouTube permitió que un network se llamara “Werevertumorro” sin que sea de Werevertumorro”, escribió en su cuenta de Twitter.

 

Javier Talán, quien colaboró en la creación de varios canales de YouTube para videobloguers mexicanos, registró el network Werevertumorro quedándose como beneficiario de sus ingresos, según reportan medios locales.

 

Montiel respondió a sus seguidores que seguirá subiendo videos pero no con la misma periodicidad.

 

 

¿Qué son las networks de Youtube?

 

“YouTube Networks” se trata de un conjunto de agencias que alojan los videos más populares de la red y que exigen el cumplimiento de contratos, mencionar marcas dentro del canal, cambiar el lenguaje que manejan, además de tener los derechos sobre el contenido.

 

El videoblogger estadounidense Vacas, conocido en internet como Braindeadly, dijo adiós a sus más de 37 mil suscriptores por un problema que enfrentó con estas redes de videos.

 

“Me desperté hoy con la esperanza de hacer un video, fui a una llamada con Machinima (network que lo representa en Youtube) esta tarde y me dijeron que mi contrato es completamente exigible. No puedo salir de él”. Y agrega: “Dijeron que yo estoy con ellos por el resto de mi vida, que estoy con ellos para siempre. Si me encerré a Machinima por el resto de mi vida y no tengo la libertad, entonces yo no quiero hacer más videos “.

 

 

Yuya dice ¿adiós?

 

Los que suben contenidos a YouTube y cualquier otra nueva plataforma que pueda surgir no van a tener las vías tradicionales para asegurarse de que saben lo que están firmando.

 

En el caso de Vacas, él admite que firmó su contrato con Machinima sin darse cuenta de que será la propietaria de los derechos de todo lo que produce en la red “a perpetuidad”, pero Mariand Castrejón, alias Yuya, es otra videobloguer mexicana que en estas semanas decidió bajarse de YouTube por supuestos problemas con su network, también administrada por Javier Talán. El 26 de marzo publicó un video titulado “¿Me voy de YouTube?” en el que explica la situación por la que atraviesa a sus más de 6 millones de suscriptores:

 

“A partir de YouTube surgieron varios Networks que alojan varios canales y se encargan de administrarlos (pero) actualmente yo estoy teniendo problemas con la persona que me representaba y con las personas que administran el Network en el que estoy en contra de mi voluntad”.

 

La joven alude que espera recobrar el control de sus dos canales (Yuya y Aquí no me maquillo) pues ella es la creadora de sus contenidos, aunque por ahora también disminuirá la periodicidad de sus publicaciones.

 

“Estoy completamente segura de que esto se va a solucionar ya que YouTube y Google son empresas totalmente éticas y profesionales”.

 

En las últimas horas, tanto Montiel como Yuya han criticado las publicaciones relacionadas con el problema que enfrentan, pero será hasta el fin de semana cuando se dé a conocer en ambas plataformas las posturas oficiales de ambas estrellas de la red social.

 

24 HORAS buscó a los videoblogueros Werevertumorro y Yuya por mail pero haste el cierre de la edición no contestaron.