KIEV. Tropas rusas en Crimea asaltaron hoy el buque de desembarco “Konstantín Olshanski“, uno de los dos últimos navíos ucranianos que aún no se habían rendido a la Flota rusa del mar Negro.

 

“Han venido a por nosotros”, aseguró hoy Dmitri Kovalenko, capitán del navío, según informa el diario digital Ukraínskaya Pravda, que estimó en 200 los asaltantes frente a su tripulación de 21 marinos.

 

En las imágenes se puede ver que una barcaza de la flota rusa aborda el “Konstantín Olshanski”, que resultó envuelto en una gran cortina de humo.

 

Según la fuente, se oyen disparos y granadas aturdidoras en el buque, que se encuentra fondeado en el lago Donuzlav, de donde no pudo salir a mar abierto después de que los rusos hundieran dos embarcaciones para cerrar esa vía de escape.

 

La tripulación del dragaminas ucraniano “Cherkassi”, que también se encuentra anclado en aguas del lago Donuzlav, también espera de un momento a otro un nuevo asalto, después de que repeler hace unas horas un abordaje ruso.

 

Este navío pudo evitar el abordaje gracias a maniobras de evasión y paquetes explosivos que tiró por la borda su tripulación para alejar las lanchas de las fuerzas prorrusas.

 

El presidente interino ucraniano, Alexandr Turchínov, ordenó hoy el repliegue de todas las unidades de las Fuerzas Armadas de Ucrania emplazadas en Crimea.

 

La decisión llega después de haber perdido este fin de semana prácticamente toda la flota ucraniana en Crimea, el aeropuerto de Belbek y varias unidades militares que aún guardaban lealtad a Kiev.

 

Al menos cinco oficiales ucranianos, entre ellos el comandante de la base aérea de Belbek, el coronel Yuli Mamchur, y el comandante adjunto de la Armada de Ucrania para la Defensa del Litoral, el general Ígor Voronchenko, han sido detenidos en las últimas 24 horas en Crimea.

 

Tropas rusas y efectivos de autodefensa de Crimea se han hecho desde el sábado con el control de casi todas las unidades, navíos de guerra y bases militares que hasta entonces se resistían a cambiar de bando o abandonar sus destacamentos.

 

El ministro de Defensa ruso, Serguéi Shoigu, se convirtió hoy en el primer miembro del Gobierno de Rusia en visitar la península desde el ingreso de Crimea en la Federación Rusa, la semana pasada.

 

Shoigu inspeccionó las unidades militares de la Flota rusa del mar Negro y se reunió con los militares ucranianos que cambiaron de bando y decidieron jurar lealtad a las Fuerzas Armadas de Rusia.