MONTEVIDEO. Dos organizaciones extranjeras lo postularon al premio Nobel de la Paz y su exhortación a combatir el consumismo en la cumbre Río +20 fue vista más de un millón de veces en YouTube. Celebridades como los rockeros de Aerosmith, Ricky Martin, Sean Penn y Glenn Close pidieron verlo cuando visitaron Uruguay y lo mismo hizo David Rockefeller cuando Mujica estuvo en Nueva York.

 

Con su aire bonachón, su prédica humanista y su estilo de vida modesto, consecuente con sus ideas, el presidente uruguayo José Mujica es una verdadera luminaria internacional. “El Mandela de América Latina”, según el presidente del Partido Socialista de Chile, Osvaldo Andrade.

 

En su país, sin embargo, el “Pepe”, como le dicen, no genera tanta devoción.

 

Tras cuatro años en la Presidencia tiene un índice de aprobación del 47%, según una encuesta de la consultora Cifra realizada en febrero con una muestra de 1000 entrevistados y tres puntos porcentuales de margen de error.

 

Es un porcentaje mayor que los que tenían todos los presidentes uruguayos desde la reapertura democrática de 1985 al ingresar a su último año de gestión, con una excepción: la de Tabaré Vázquez, el antecesor de Mujica y su compañero de partido, primer presidente de la coalición izquierdista Frente Amplio y cuyo índice era del 53%.

 

Adriana Raga, directora de Cifra, manifestó que la aprobación de Mujica “es muy alta” y recordó que “a esta altura de su mandato un 70% de la población desaprobaba la gestión de Jorge Battle (2000-2005).

 

Raga cree que hay muchos uruguayos que simpatizan con Mujica pero están desilusionados con su presidencia. “Cuando se estudia la opinión pública, se nota que hay una crítica muy profunda a la ineficiencia. Mucha gente comparte las ideas de Mujica y le gustan las cosas que dice, pero siente que muy poco de eso se concreta en la realidad”, afirmó.

 

Mujica, quien vive en su chacra de siempre y rara vez usa corbata, mantuvo la estabilidad y el crecimiento económico. El PBI aumentó 8,9% en 2010; 6,5% en 2011; 3,9 en 2012 y un porcentaje similar en 2013, aunque las cifras oficiales aun no fueron divulgadas.

 

Además, entre 2010 y 2013 el salario real de los trabajadores mejoró 12,6%. Y el desempleo osciló entre 6 y 7%, porcentajes bajos para la tradición del país.

 

El mandatario, por otra parte, impulsó una agenda de derechos plasmada en leyes como las que autorizaron el casamiento gay o el mercado de marihuana.

 

Sin embargo, su gobierno no logró grandes avances en tres áreas que había catalogado como prioritarias: educación, seguridad y medio ambiente.

 

En materia educativa, los resultados que obtuvo Uruguay en las pruebas PISA 2012, que miden el nivel de los estudiantes de secundaria de los distintos países, fueron los peores en matemática, lectura y ciencia desde que el país se sumó a las pruebas en 2003. El porcentaje de estudiantes de secundaria que repite supera el 32%. Y el 10% de las clases se pierden porque faltan los profesores.

 

Los robos con violencia aumentaron en todos los años de su gobierno. En febrero, uno de los principales dirigentes del Frente Amplio y aspirante a integrar la futura fórmula presidencial, Raúl Sendic, fue robado dos veces en una misma semana. A Mujica se lo cuestiona, además, por impulsar un proyecto de megaminería de hierro a cielo abierto y por varias otras iniciativas polémicas.

 

“La gente no está preocupada por cómo se va a fumar la marihuana o por el casamiento gay. Son ideas que puede compartir, pero que no son el centro de sus preocupaciones. A la gente le preocupa el tema de la seguridad y la educación, donde el gobierno tiene problemas”, dijo la consultora Raga.

 

“Y cada vez más aparecen algunos problemas económicos, como el crecimiento de la inflación”, agregó.

 

Uruguay tuvo en 2013 una inflación de 8,52%. Y la inflación anual medida entre febrero de 2013 y febrero de 2014 llegó al 9,82%.

 

Los voceros del gobierno responden que el deterioro de la educación y la seguridad comenzó años atrás, cuando gobernaba la oposición al Frente Amplio. “Esto que estamos viendo no surge por generación espontánea. Los delitos de hoy son consecuencia de las condiciones de vida de nuestra población de varios años atrás”, sostuvo Vázquez al salir en defensa del gobierno.

 

Mujica deberá esforzarse por redondear su gestión con una nota positiva, que ayude a que el Frente Amplio obtenga su tercera victoria consecutiva en las elecciones presidenciales de octubre. Y tendrá que hacerlo en un escenario mundial “menos amistoso que el de los últimos tres años”, según el economista Gabriel Oddone.

 

Oddone explicó que el nuevo contexto muestra un dólar más caro, la baja de los precios de las materias primas -que tanto beneficiaron a Uruguay en los últimos años-, un menor crecimiento de China, Rusia, India y Brasil, y un menor flujo de capitales hacia el tercer mundo debido al alza de las tasas de interés en Estados Unidos.

 

Las encuestas marcan una extrema paridad entre el Frente Amplio y la oposición.

 

En ese sentido, un informe de la consultora Cifra señala que el aporte deMujica a la victoria del Frente Amplio será más pobre que el de su antecesor “porque Mujica es hoy un poco menos popular que lo que era Vázquez y sobre todo, porque su gestión es juzgada menos positivamente”.

 

Es un panorama que con seguridad sorprenderá a muchos en Europa, donde la figura austera de Pepe Mujica despierta admiración, al punto de que fue postulado al premio Nobel de la Paz por una ONG holandesa –el Drug Free Institute– y también por 115 profesores de la Universidad de Bremen.

 

Los docentes alemanes sostuvieron que Mujica merece el galardón por “su rechazo de la riqueza individual y el consumismo excesivo”, “su valiente abordaje de una política de drogas progresista”, su renuncia a los métodos guerrilleros para abrazar la fe democrática y su negativa a buscar una “venganza violenta” con los representantes de la dictadura militar que lo mantuvo preso en duras condiciones entre 1973 y 1985.

 

El contraste entre su popularidad afuera y adentro del país que ha sido analizada por politólogo Daniel Chasquetti, quien ofrece una explicación: “Mujica es cool cuando hay crisis”.

 

El politólogo recordó que la popularidad de Mujica comenzó a crecer en Uruguay en 2002, en medio de una grave crisis que llevó a la quiebra de parte del sistema financiero y elevó el desempleo a cerca del 20%

 

“En 2002 la gente viró en sus formas de apreciar los atributos de los políticos. ‘Ser igual a uno’ pasó a ser tan importante o más que la inteligencia o el saber especializado”, expresó. “En épocas de crisis la gente desarrolla una sensibilidad diferente. Eso permitió la emergencia política deMujica. Hoy una Europa en crisis también manifiesta ese cambio de sensibilidad política. Empiezan a pesar más los atributos comunes: la simpleza, el estilo de vida. Por eso se despierta la admiración por Mujica”.

 

Según Chasquetti: “Ahora que Uruguay está bien, a la gente no le parece tan maravilloso andar en Escarabajo o hablar en contra del consumo. Eso en un mundo en crisis rinde mucho, pero ahora los uruguayos quieren otra cosa”.