web-DSCF3864PESQUERA DEL DUERO.– “Al vino hay que soñarlo”, dice José Moro mientras aspira y juega en copa los matices y las esencias de uno de sus vinos, expresión de una de las regiones icono de España y manifiesto de una tradición familiar que reitera el apego a la tierra, el vínculo con el viñedo, sus raíces: acto manifiesto desde la imagen misma de Emilio Moro, el fundador de la empresa, junto a su familia y a la vid que es madre honorífica, mítica, ideal, de ese trabajo y esos valores que hoy definen esta bodega que en 2014 expone retos como el incremento de ventas al exterior del 50% de su producción, frente al 30% que actualmente alcanza.

“El vino es un arte que si se sabe escuchar nos habla, nos dice cuando necesita un trasiego, cuando reposar. Es como un ser vivo que hay que entender, atender y mimar”, decía Emilio Moro. Es un lenguaje y una interpretación replicado de padre a hijo y que ahora, en la tercera generación, José Moro expresa con emoción: “cuando captas eso desde pequeño, ese cariño, ese sacrificio, te queda una consistencia y un orgullo por tu familia que perdura toda la vida”.

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“Algo que aprendí desde hace años es la importancia de hacer una lectura de todo lo que sucede, tanto en el viñedo como en la bodega. Eso te da una visión que te hace entender el vino a detalle. Hay una tradición y una historia de por medio que llevas en ti desde la infancia, que se te mete por los poros. Pero también somos una bodega y una familia con tendencia a innovar, a mejorar, a conocer a fondo los procesos y siempre perfeccionarlos”, explica.

SÍMBOLO DE UNA HISTORIA

Pesquera del Duero es hogar de algunas de las grandes bodegas que han dado fama a la DO Ribera del Duero. Emilio Moro comenzó a producir vinos desde inicios de la década de los 30 del siglo pasado, sin embargo fue hasta 1987 cuando decidió comercializar sus vinos. Posee alrededor de 200 hectáreas, repartidas principalmente en la zona de Pesquera del Duero, con algunas fincas más en la zona de Burgos, como en Nava y Valdezate. De todas ellas, dice José Moro, se selecciona el mejor material genético para las nuevas plantaciones, siempre de la variedad Tinto Fino, única con la que se elaboran nuestros vinos.

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“Todos los viñedos están injertados con púas centenarias de calidad, para preservar el clon original. Hay un cuidado control de procesos y un seguimiento minucioso de la producción. Mantenemos en activo el clon puro de Emilio Moro, además de que hay un control preciso de la uva, sustentado desde luego en la buena relación con los viticultores. Un gran vino es la sintonía entre el espacio y el tiempo, lo logramos cuando podemos conjuntar de manera ideal naturaleza, territorio e historia: estos elementos produce vinos singulares, auténticos, que se identifican con su entorno y con una espiritualidad propia”, dice.

Explica que en 1998 la empresa decidió suprimir la catalogación de Crianza, Reserva y Gran Reserva. Desde entonces, cada vino tiene su nombre, personalidad e identidad, con el fin de alcanzar máxima calidad.

LA TIERRA HABLA POR SÍ SOLA

DSCF3860En el abanico de propuestas destaca Finca Resalso, “expresividad de nuestros viñedos más jóvenes”. Resalso es el nombre de un viñedo histórico que se plantó en 1933, cuando nació Emilio Moro. Es el nombre del vino más joven, elaborado con uvas de viñedos de entre 5 y 15 años.

Emilio Moro es “referencia al espíritu de la Ribera del Duero”. Alma mater de la bodega, y apartado de los conceptos de Crianza y Reserva, sólo se refiere al vino elaborado con viñedos entre 15 y 25 años.

Malleolus es la “alta expresión de la variedad Tinto Fino”. Su nombre proviene de la palabra latina que significa majuelo, forma de denominar a los viñedos en Pesquera del Duero. Se utilizan uvas de majuelos de entre 25 y 75 años, cuya conducción es en vaso y espaldera.

Malleolus de Valderramiro es “terroir de gran intensidad balsámica y untuosidad”. Las uvas proceden del Pago del Valderramiro, que posee viñedos de 85 años. La producción es de 2 mil k por Ha. La idea en este vino es dar el máximo protagonismo al terroir.

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Malleolus de Sanchomartín se elabora como uvas procedentes del Pago que le da nombre, y cuyas condiciones son excelentes para la sobre maduración. Los vinos producidos de esta parcela son tánicos y con una marcada acidez, lo que los hace excelentes para su crianza en madera. La plantación se hizo en 1964, injertando sobre patrón americano 110 Ritcher púas tomadas de los viñedos más antiguos de la familia, Resalso y Valderramiro.

“Hay un sacrificio explícito del racimo. Preferimos menos botellas, pero ante todo calidad y un total control técnico. Trabajamos de manera individual cada parcela y la vendimia es totalmente manual. Los sistemas GPS nos auxilian para un mejor seguimiento y control de los terrenos. Hay un factor notorio de mineralidad, además del suelo, influye el hecho de que no se utiliza irrigación, lo cual influye directamente en la piel de la uva”, comenta.

EL VINO AYUDA AL AGUA

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La innovación tecnológica, a la par del desarrollo de mensajes efectivos a través de las nuevas vías en el campo de la comunicación como las redes sociales, ha sido parte de las premisas de Emilio Moro en la época actual. “Los bloggers juegan un papel cada vez más decisivo, ya que se han convertido en líderes de opinión, junto a revistas como Wine Spectator y Enthusiast. Unos como otros ayudan al posicionamiento de un vino de calidad, ya que hablan de las tendencias y de las cualidades de los vinos a los consumidores”.

“Nuestro trabajo no estaría completo si no tomamos en cuenta en alto valor de la responsabilidad social”, dice José Moro. De tal modo, en 2008 se creó la Fundación Emilio Moro, destinada a generar recursos para apoyo humanitario. Bajo el lema “El vino ayuda al agua” han desarrollado programas para proporcionar el acceso de agua potable a regiones con carestía de este líquido en diversos países.

DSCF3841Con la participación en el patronato de figuras como el actor Imanol Arias y el futbolista Luis Figo, la Fundación realiza acciones como las Galas solidarias, cenas con subastas; lanzamiento de joyas de diseño exclusivo referente al ámbito del vino y la viña; el programa Apadrina tu cepa, iniciativa que acerca y estrecha lazos con la tierra, la viña y la bodega; además de la presentación de Emilio Moro. Clon de la Familia, producción limitada de mil botellas del vino más selecto y representativo de la bodega.

“Es la esencia que representa la expresión de una forma de ser. El objetivo de este vino es colmar las expectativas de calidad de la bodega, además de servir de homenaje a un clon, que es el mayor activo que hoy en día tiene la bodega. Las uvas son seleccionadas de las mejores parcelas, Cornalvo, Camino Viejo y La Mira, representativas de los tres tipos de suelos de la Ribera del Duero: arcillosos, calizos y pedregosos”.