La presidenta de Brasil, Dilma Rousseff, se reunió este jueves con el futbolista Tinga, quien fue víctima de agresiones racistas en las últimas semanas.
Rousseff apareció en una fotografía recibiendo la playera del volante del club Cruzeiro, en una reafirmación de su campaña para combatir cualquier tipo de discriminación durante el Mundial de Brasil 2014.
La mandataria ha insistido en que el Mundial, en el país en el que el 50.7 por ciento de la población es negra o mulata, será un evento contra esta discriminación.