WASHINGTON. El motivo sigue siendo un misterio, pero la teoría del atentado gana fuerza con un nuevo descubrimiento: Un ciudadano iraní bajo el nombre de Kazem Alí compró los boletos de los dos pasajeros del vuelo 370 de Malaysia Airlines que viajaban con pasaportes robados.

 

Según la cadena de televisión estadunidense CNN, Alí pagó el boleto de los dos sospechosos, que viajaron con los pasaportes de un italiano y un austríaco. Los verdaderos Luigi Maraldi y Christian Kozel nunca se subieron al vuelo de Malaysia Airlines.

 

El primero de ellos es un italiano que vive en Tailandia que, al enterarse del hecho, llamó a su padre, Walter, que vive en Italia. Le dijo que estaba bien y que no había tomado el vuelo, aunque figuraba en la lista de pasajeros. ¿La explicación? Hace “uno o dos años” le robaron el pasaporte y una persona abordó el avión siniestrado con ese documento.

 

La cadena suma más datos: Alí compró los tickets supuestamente “para dos amigos que debían volver a casa, en Europa”. Hizo la reserva por teléfono y pagó en efectivo.

 

Los boletos de estos dos hombres tenían como origen Kuala Lumpur (Malasia) hasta Amsterdam (Holanda), con una escala en Pekín. Posteriormente, Maraldi tenía como destino final Copenhague (Dinamarca) y Kozel Fráncfort (Alemania).

 

Las autoridades malasias, con ayuda del Buró Federal de Investigación de EU (FBI), están revisando las imágenes de cámaras de seguridad del pasaje para aclarar la identidad de los dos pasajeros que llevaban los documentos de viaje robados. Hasta ahora detallaron que las dos personas que volaron bajo esas identidades no tenían apariencia asiática y podrían ser de raza negra.

 

“Si bien es demasiado pronto para especular sobre cualquier conexión entre estos pasaportes robados y el avión desaparecido, es claramente de gran preocupación que cualquier pasajero fuera capaz de abordar un vuelo internacional con un documento hurtado, denunciado en las bases de datos de Interpol”, dijo el secretario general de Interpol, Ronald K. Noble, en un comunicado.

 

El gran mercado negro de documentos de identidad falsos en Tailandia es sobradamente conocido por las autoridades policiales tailandesas y por la Interpol. Estos documentos falsos son utilizados entre otras cosas para el tráfico de personas.

 

El Boeing 777-200 llevaba a bordo 239 personas, entre ellas dos niños pequeños. Además de los 153 chinos, había 38 malasios, siete indonesios, seis australianos, cuatro franceses y tres estadunidenses.