Boca-Floja-prognosisBocafloja es un artista incómodo. El corpus de su trabajo está sustentado en cuatro pilares claros: Descoloniza-Autogestiona-Transgrede-Emancipa. Su producción, que va de la música Rap al activismo artístico, la literatura, la poesía, el video y la crítica académica, nutre y se nutre del Colectivo que fundó en 2005: Quilomboarte, un conglomerado de artistas que tiene una agenda internacional de trabajo comunitario y artístico. Un quehacer independiente y crítico… así como el mismo Hip Hop nació en los 70; un grito que empodera a quien lo emite.

En diciembre pasado, el rapero (que en gran parte de los dosmiles sacudió a la escena del Hip Hop en la Ciudad de México) presentó su segundo libro: Prognosis: descarga poética decolonial, en el cual muestra la maduración y evolución de un planteamiento que se vale del arte para contrarrestar los efectos del colonialismo en la psique de las personas.

¿Cómo nace el proyecto de tu segundo libro: Prognosis: descarga poética decolonial?

Es un proyecto que es muy importante y estratégico por el tipo de formato que es. Usualmente, la producción que hacemos está más orientada a la producción musical; pero nos damos cuenta que la producción en otro tipo de formatos y ocupar ciertos espacios dentro de ese mismo ámbito de producción cultural es trascendental. No sólo por la gente que escucha nuestros proyectos, sino también por un espectro más amplio de comunidad que puede estar interesada. Siguiendo esa tendencia lo sacamos. Constantemente escribo, entonces compilamos y publicamos.

Platícanos sobre Sidony O´Neal y cómo se da el acercamiento para coescribir el volumen.

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Es una poeta que conocí hace tres años. Hemos venido intercambiando ideas y jugando con este concepto de, eventualmente, yo poder transcrear su obra en español y viceversa. Finalmente se dio de esta manera. Ella recientemente forma parte de nuestro Colectivo y vamos a producir conjuntamente. Nació en Sacramento y vive en Portland. Ha publicado en varias revistas y específicamente hace mucho trabajo enfocado a asuntos de lingüística y de semántica. Me siento bastante cómodo trabajando con ella. Fue una conexión saludable para el proyecto.

¿A qué se refiere el concepto de transcreación literaria?

La idea de transcrear es la de comulgar con otra mente que este en sincronía. En este caso con otra poeta, para dar voz a mis palabras en otro idioma. Cuando pensamos en el ejercicio de traducción literal, suele ser bastante estéril. Y cuando hablamos de poesía —el uso de muchos símbolos y de metáforas— se pierde mucho la esencia, la intención y la fuerza porque hay palabras que no resumen como tal la intención en el otro idioma.

También, históricamente la traducción ha sido un mecanismo de esterilización del discurso que las hegemonías culturales han utilizado para, digamos, mostrar la versión cómoda de algunos proyectos literarios. Entonces es importante para mí conectar con una poeta que entendiera lo que decía, que nos pudiéramos conocer a nivel personal y así darle voz a lo que hago.

Incorporas en el libro, además de la poesía, el ensayo y el relato o la historia corta, los cuales versan sobre el tema de las relaciones raciales y el colonialismo. ¿Cómo llegas a ellos?, es decir, antes has escrito mucha poesía; pero no este tipo de formatos.

Sí. El tema de relaciones raciales y de la colonialidad como tal son asuntos muy importantes dentro del cuerpo de mi trabajo. No sólo como poeta, como escritor o como rapero. En términos de lo literario: es cierto, es la primera vez que juego y experimento de alguna manera con esos formatos, porque siempre tuve la inquietud de hacerlo. Creo que es importante plasmarlo, mostrarlo y sobre todo, de algún modo, seguir con la idea de poder ser nosotros quienes contamos nuestra propia historia. Apropiarnos y empoderar nuestra narrativa. Muchas veces hemos jugado el papel de ser los objetos de estudio. Siempre hay alguien más en otras plataformas dentro de la estructura cultural que escribe sobre nosotros; que hace todo por nosotros, como si sólo fuéramos el objeto de estudio. Era importante abarcar todas esas posibilidades y contar nuestra propia historia.

Planteas en Prognosis… una revisión crítica de los sistemas patriarcales y la cuestión del género, ¿tiene que ver con la participación de Sidony o es parte de la agenda de tu trabajo?

Ese es un tema importante; es parte de un conglomerado de situaciones relevantes que nos interesa poner en la mesa como parte de una discusión global. Definitivamente siempre nos ha quedado claro que un proceso efectivo de transformación no solamente viene a través del asunto de la injusticia social y del impacto que estos problemas de opresión tienen directamente en tu bolsillo, sino hay un proceso mucho más amplio. En ese sentido, la cuestión de género es importante porque nos damos cuenta que incluso dentro de los mismos espacios de alternatividad que promueven las “izquierdas” —especialmente las latinoamericanas— existe un ejercicio hegemónico en base a la hipermasculinidad y asuntos de la glorificación, como muy a ciegas, del asunto del patriarcado.

Entonces son temas y debates que son muy importantes de tocar. También, en mi caso, viniendo de la experiencia del Hip Hop, en el que absurdamente se ha mal informado y se ha perpetuado la idea de que éste es una cuestión exageradamente masculina. Como esta idea de lo “real” como el poder absoluto que legitima todas las dinámicas de la comunidad Hip Hop. Es importante hablar de eso.

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En ese sentido, en Prognosis… también haces una crítica a cierta producción que se hace en el Rap o en el Hip Hop, en la cual sus creadores se alejan de una mirada crítica. Llamas a esto las “narrativas de la apatía”. ¿Qué hay con ello?

Creo que es súper problemático. Es una posición cómoda. Es muy triste, porque a nivel estético es muy pobre, pero a nivel de la trascendencia del arte como tal es jodido: solamente está impactando a las necesidades de creación artística del güey que lo escribe. No Tiene ningún tipo de impacto más allá. Y no estoy promoviendo que todo el mundo tenga que hacer Rap en un sentido más social o político; pero obviamente hay situaciones que son implícitas en ciertas manifestaciones. Entonces es pobre la producción cultural en ese sentido. Es malo porque mucha gente dice: “A mí no me interesa absolutamente nada político”, pero no se dan cuenta que ellos sí le interesan a la política y al espacio político. Entonces es como que, bueno, un poco inmaduro en ese sentido. Ojalá que se evolucione en ese sentido.

“La idea de transcrear es la de comulgar con otra mente que este en sincronía. En este caso con otra poeta, para dar voz a mis palabras en otro idioma. Cuando pensamos en el ejercicio de traducción literal, suele ser bastante estéril. Y cuando hablamos de poesía —el uso de muchos símbolos y de metáforas— se pierde mucho la esencia, la intención y la fuerza porque hay palabras que no resumen como tal la intención en el otro idioma.”

En tu libro argumentas sobre el poder que tiene el arte de rebasar una individualidad o una satisfacción individual e ir más allá…

Soy un creyente de que el arte tiene la capacidad de impactar colectivamente además de satisfacer mis necesidades creativas. Es importante entender que si estoy dispuesto a exponer mi producto, mi ejercicio artístico a alguien más que a mí mismo, tengo que tomar en consideración que existe un ejercicio de comunicación con la gente y voy a tener cierto tipo de impacto. Para mí la mayor motivación sin duda es ese impacto colectivo y esa reacción que puede generar o esa discusión que se puede abrir a partir de trabajo que hago. Porque de otra manera se convierte en un ejercicio estéril e individualista; en algo que internalizas y que tú mismo digieres y te lo comes, lo cagas y te lo vuelves a comer. Es como una cosa cíclica. No hay interacción directa.

Los escritos de Prognosis se sujetan al planteamiento que tienes de la descolonización, una posición que me parece se tiene que entender más —explicarse— dada su importancia en el contexto actual. ¿Es así?

La descolonización es la estructura fundamental de la agenda que defendemos. La historia colonial en México ha sido una situación muy complicada. No impacta nada más al bolsillo; a la cuestión económica inmediata, sino también a la psique de cada uno de nosotros, quienes de alguna manera crecimos con ciertos lineamientos ideológicos e identitarios que son coherentes con un proceso de subordinación bien cabrón.

Se puede ver actualmente en México: cuando todo el mundo empieza a hablar de colonialismo, la relación directa es la cuestión económica y dependencia con los Estados Unidos; pero poca gente se pone a pensar que en el país la mayoría de las personas tienen una dependencia y casi una fascinación moral y ética con España y con Francia. Hay una cuestión ahí que nos interesa hablar y rescatar para abrirla. Es algo que no se ve en los círculos tradicionales de la intelectualidad mexicana.

¿Por qué elegir este término de “prognosis”?

Prognosis es un término muy utilizado en la medicina, es básicamente el pronóstico del desenvolvimiento de una patología. Tuve un disco que se llama Patologías del invisible incómodo, entonces todo lo englobo como una especie de serie temática. En ese sentido es: ya reconocimos cuál es la enfermedad, de alguna manera en este caso la experiencia colonial, entonces ahora estamos en cuál es el pronóstico de este padecimiento. Siguiendo esa línea.

¿Cómo ha sido recibido el libro?

Lo presentamos en la Ciudad de México, Guadalajara, Tepoztlán y ahora en Tijuana. En Estados Unidos lo presentamos en Nueva York, Seattle, Chicago, Berkeley y Los Angeles. El libro está disponible en Amazon y ese tipo de plataformas digitales. Por ahora en mi página de Bandcamp (www.bocafloja.bandcamp.com) se puede comprar y se los mandamos a casa. Estamos negociando con algunas ofertas para distribuir a partir de febrero.

 

 

 

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