SIMFEROPOL, Ucrania. Una caravana con cientos de soldados rusos viajó hacia la capital de la región de Crimea, en Ucrania, un día después de que las fuerzas de Rusia tomaran el control de la estratégica península ubicada en el mar Negro sin hacer un solo disparo.

 

El nuevo gobierno en Kiev fue incapaz de reaccionar ante los acontecimientos.  Al mismo tiempo, el primer ministro prorruso de Crimea, Serguéi Axiónov, anunció la creación de la Marina de Guerra de esta república autónoma.

 

Axiónov, nombrado hace tres días por el Parlamento crimeo y no reconocido por las autoridades de Kiev, añadió que al mando de esta Armada estará el contralmirante Denis Berezovski, que, según el propio Gobierno crimeo, ha jurado lealtad a la autonomía tras desertar como comandante en jefe de las fuerzas navales ucranianas. Sin embargo, este hecho fue desmentido por el ministro de Defensa de Ucrania, Vladímir Zamana, quien afirmó que el vídeo difundido por medios rusos en el que el contralmirante Denis Berezovski, jura fidelidad al pueblo de Crimea, es “una provocación”.

 

“´Él es el jefe de la Marina de Guerra ucraniana y se subordina al ministro de Defensa de Ucrania y al jefe del Estado Mayor”, señaló Zamana.

 

“Acabo de volver de Sebastopol (puerto en Crimea donde tienen sus bases navales tanto Ucrania como Rusia), estuve ahí un día; el contralmirante Berezovski cumplió todas sus obligaciones. La gente allí ahora cumple su juramento a Ucrania en condiciones muy difíciles”, aseguró, en declaraciones al servicio en ruso de la BBC.

 

Axiónov emitió una orden obligando “a todos los militares de la Armada ucraniana que sirven en Sebastopol a desobedecer las instrucciones y órdenes” procedentes de las nuevas autoridades de Kiev.

 

“Todas las órdenes que yo emita, como comandante en jefe de la República Autónoma de Crimea y Sebastopol, deberán ser cumplidas rigurosamente”, agregó.

 

El nuevo primer ministro de Ucrania, Arseniy Yatsenyuk, afirmó que “estamos al borde del desastre” y pidió al presidente de Rusia, Vladimir Putin, que retire a las fuerzas militares rusas, dentro de la disputa por Crimea entre ambos países.

 

Yatsenyuk hizo su declaración al término de la sesión a puerta cerrada de su nuevo parlamento en Kiev.

 

Putin ha desafiado los exhortos de Occidente de que repliegue a sus efectivos y afirma que Rusia tiene derecho a proteger sus intereses así como a la población de habla rusa en Crimea y en otras partes en Ucrania.

 

No hay indicios de que los rusos étnicos afronten agresiones en Crimea, donde conforman aproximadamente el 60% de la población, ni en otras partes de Ucrania. Rusia mantiene una importante base naval en Crimea.

 

En el camino de Sevastopol, el puerto en Crimea donde Rusia tiene una base naval, a Simferópol, periodistas AP vieron 12 camiones militares que transportaban efectivos, un vehículo armado Tigre provisto con ametralladora y dos ambulancias.

 

El presidente interino de Ucrania, Oleksandr Turchynov, anunció el fin de semana que ordenó a las fuerzas armadas del país que se pongan en alerta total debido a la amenaza de una “posible agresión”.

 

También dijo que dispuso el refuerzo de la seguridad en las plantas nucleares, aeropuertos y demás infraestructura estratégica.

 

Sin embargo, en Crimea, los soldados ucranianos no opusieron resistencia alguna.

 

El nuevo gobierno asumió el poder la semana pasada después de meses de protestas de activistas democráticos contra el ahora presidente fugitivo Viktor Yanukovych y la decisión de éste de virar a Ucrania hacia Rusia, su protectora de mucho tiempo, en lugar de hacerlo hacia la Unión Europea.

 

Ucrania tiene una población de 46 millones de habitantes, cuyas lealtades están dividas entre Rusia y Europa.

 

La mayoría de los habitantes de la región occidental de Ucrania defienden vínculos más estrechos con la Unión Europea, mientras que los de las regiones oriental y sur prefieren a Rusia.

 

Crimea es una región semiautónoma que Rusia cedió a Ucrania en la década de 1950 y la mayoría de la población local habla ruso.

 

MAPAucrania

 

La OTAN fortalece frontera militar; Kerry viajará a Kiev

 

BRUSELAS y WASHINGTON. El secretario de Estado de EU, John Kerry, viajará mañana a Kiev para expresar el apoyo estadunidense a las autoridades ucranianas ante la intervención militar rusa en Crimea.

El presidente Barack Obama ha optado por una demostración visible del compromiso de su país con Ucrania, más allá de las declaraciones y comunicados de indignación y advertencia emitidos por Washington durante el fin de semana.

Kerry subrayará “el firme apoyo a la soberanía, la independencia y la integridad territorial de Ucrania, y al derecho del pueblo ucraniano a decidir su propio futuro sin interferencia o provocaciones exteriores”, añadió el comunicado.

Entrevistado este domingo por varias cadenas de televisión, Kerry se expresó en términos muy duros con relación al golpe de mano del presidente ruso, Vladimir Putin, en Crimea (Ucrania).

La intervención del ejército ruso constituye un “acto descarado de agresión” y “una violación de la ley internacional y de la Carta de las Naciones Unidas”, dijo el secretario de Estado.

El Gobierno estadunidense ha denunciado la actuación de Rusia y ha amenazado con sanciones políticas y económicas, si la ocupación militar rusa se prolonga o se extiende hacia otras zonas orientales de la vecina república.

Kerry dijo haber hablado con todos sus colegas del Grupo de los Ocho (G8) y de otras naciones, y “todos están preparados para ir hasta el final a fin de aislar a Rusia”.

Aparte de la suspensión de su pertenencia al G8, los países occidentales podrían negar el visado a los máximos responsables rusos, congelar sus bienes en el extranjero y adoptar medidas restrictivas en el comercio y las inversiones, según enumeró Kerry a la cadena CBS.

Es “una acción del siglo XIX que pone en duda la capacidad de Rusia para vivir en el mundo moderno”, afirmó tajante el secretario de Estado.

Quien también ha despertado del letargo es la OTAN. Sus embajadores se reunieron con su homólogo de Ucrania para tratar la situación de crisis en la península de Crimea. Como Ucrania no es miembro de la OTAN, Estados Unidos y Europa no están obligados a acudir a la defensa de ese país. Sin embargo, Ucrania ha participado en algunas maniobras militares de la OTAN y contribuido con efectivos a la fuerza de reacción de la alianza.
El secretario general de la OTAN, el danés Anders Fogh Rasmussen, urgió a Rusia a detener sus actividades militares en territorio ucraniano.

“Lo que Rusia está haciendo ahora en Ucrania viola los principios de la Carta de las Naciones Unidas. Es una amenaza para la paz y la seguridad en Europa. Rusia debe detener sus actividades militares y sus amenazas”, señaló Rasmussen al inicio de la reunión.

Subrayó también que la OTAN apoya “la integridad territorial y la soberanía de Ucrania”, así como el “derecho de los ciudadanos de Ucrania a determinar su propio futuro sin injerencias externas”.

 

Francia, antes de que iniciara la reunión de la OTAN ya había anunciado la suspensión de su participación en las reuniones previas a la cumbre del G8 que debe celebrarse en junio en Sochi (Rusia)
Un vocero del Palacio del Eliseo confirmó que el presidente de Francia, François Hollande, tomo esa decisión tras reunirse de urgencia con el ministro de Exteriores de Francia, Laurent Fabius.

Horas antes, el jefe de la diplomacia gala había apuntado públicamente esa posibilidad y había criticado la movilización de tropas rusas en Ucrania.

Londres se adhirió a la decisión francesa. Suspendió su participación, así lo informó el ministro británico de Asuntos Exteriores, William Hague. El jefe del Foreign Office lo anunció a la cadena pública BBC desde la base militar de las Fuerzas Aéreas británicas (RAF) en Northolt, justo antes de embarcarse en un vuelo hacia Kiev, donde tenía previsto reunirse con el presidente en funciones de Ucrania, Alexandr Turchinov.

“Tenemos que reconocer que la soberanía y la integridad territorial de Ucrania han sido violadas y ésta no puede ser la manera de conducir los asuntos internacionales”, afirmó el ministro, que instó a Moscú a hablar “directamente” con los nuevos líderes ucranianos.

El presidente Barack Obama conversó el sábado durante 90 minutos por teléfono con Putin y le expresó su “profunda preocupación” por la “clara violación de parte de Rusia a la soberanía e integridad territorial de Ucrania”, dijo la Casa Blanca.

 

Obama advirtió que la “persistente violación de la ley internacional (por parte de Rusia) le ganará un mayor aislamiento político y económico”.