MOSCÚ. Diez días después de la caída del presidente Víktor Yanukóvich y con el mundo en vilo por la crisis en Crimea, el presidente ruso, VladímirPutin, dejó abierta la posibilidad de enviar tropas a las regiones orientales de Ucrania, pobladas por rusoparlantes, si la situación así lo requiere.

 

Putin rompió su enigmático silencio para decir que, de momento, no va enviar esas tropas a Ucrania, pero que se reserva el derecho “si la situación se desborda como en Kiev”, donde tres meses de protestas opositoras y violentos disturbios llevaron al poder a la oposición.

 

Rebajó la tensión no sin antes de enviar algo más que un mensaje simbólico: Rusia realizó un lanzamiento de prueba de un misil balístico intercontinental de última generación RS-12M “Tópol”.

 

(El lanzamiento se efectuó desde el polígono militar de Kapustin Yar, en la región de Ástrajan, en la parte europea de Rusia.)

 

“¿Cuál puede ser el motivo para el uso de las fuerzas armadas? Por supuesto, un caso extremo”, dijo el jefe del Kremlin, que defendió la legitimidad de ese hipotético paso.

 

A ratos tranquilo, a ratos desafiante, pero siempre seguro de sí mismo, el líder ruso compareció en un encuentro con la prensa difundido por televisión para justificar la intervención militar no declarada que Rusia lleva a cabo en Crimea y que ha hecho saltar la alarma mundial.

 

Lo ocurrido en Kiev fue “un golpe de Estado anticonstitucional” y el resultado de una insurrección armada, el nuevo poder ucraniano es ilegítimo y rehén de extremistas nacionalistas y ha propiciado que en la capital y otras partes del país se extienda el caos y la violencia y que campen a sus anchas bandas de “borrachos armados”.

 

Putin acusó a Occidente de usar la decisión de Yanukóvych en noviembre para anular el pacto con las 28 naciones de la Unión Europea y estrechar las relaciones con Rusia, lo que desató meses de protestas que lo desalojaron del poder y dejaron a Ucrania al borde de la escisión.

 

“Les dijimos mil veces: ¿Por qué están dividiendo al país?”, indicó Putin.

 

El presidente justificó su intervención en el tema debido a que Rusia “tiene una petición del presidente legítimo de Ucrania” (para ir en ayuda de la población), dijo, en alusión a Yanukóvich, actualmente refugiado en territorio ruso.

 

“Incluso si tomamos la decisión, si tomo la decisión de emplear las fuerzas armadas, será legítima”, recalcó el presidente ruso, que el pasado fin de semana obtuvo la autorización formal del Senado para ello.

 

Con todo, reconoció que Yanukóvich no tiene futuro político y Rusia le dio asilo solamente para salvarle la vida. El nuevo gobierno ucraniano quiere juzgar al mandatario prófugo por la muerte de más de 80 personas durante las protestas del mes pasado en Kiev.

 

El mandatario recalcó, sin embargo, que Rusia no contempla la anexión de Crimea y aseguró que quienes bloquean las unidades militares ucranianas en esa región autónoma no son tropas rusas.

 

“Son las fuerzas locales de autodefensa”, mantuvo, y respondió así a la pregunta de por qué están uniformados como los militares rusos: eso habría que preguntarlo en las tiendas que venden uniformes parecidos a los rusos.

 

Según las autoridades ucranianas, prácticamente todas las unidades militares en Crimea están rodeadas o tomadas por soldados rusos y Kiev también denuncia que, desde el inicio de la crisis, unos 6 mil efectivos adicionales han entrado en la región, además de algunos aviones y helicópteros de combate.

 

El presidente se mostró convencido de que los militares rusos y ucranianos “no estarán en diferentes lados de la barricadas, sino que estarán del mismo lado” pues muchos, incluso, “se conocen personalmente”.

 

“A menudo nos acusan de ilegitimidad de nuestras acciones. Y cuando les pregunto si creen que todo lo que hacen es legítimo, me responden que sí. Entonces les tengo que recordar las acciones de Estados Unidos en Afganistán, Irak, Libia”, enumeró.

 

Y les advirtió de que las sanciones internacionales contra Rusia serían contraproducentes y perjudicarían a todas las partes, en un mundo “donde todo está relacionado y todos dependen unos de otros de alguna manera”.

 

“Nos estamos preparando y nos alegraremos de recibir a nuestros colegas, pero si no quieren venir, pues nada”, afirmó, además, acerca de la cumbre de jefes de Estado del G8 prevista para junio en la ciudad de Sochi, cuyos preparativos fueron suspendidos por los líderes occidentales.

 

En su habitual lenguaje llano y directo, el líder del Kremlin arremetió contra EU y los Estados europeos que apoyaron a los opositores en Ucrania y los acusó de experimentar con los países “como si fueran ratas”, sin pensar en las consecuencias.

 

PRORRUSOS CONTROLAN LA REGIÓN EN DISPUTA

 

SESBASTOPOL, Ucrania. El gobierno de Crimea anunció que ha asumido el control sobre la seguridad de la península ucraniana, al tiempo que dio un ultimátum a los últimos oficiales del ejército leales a Kiev para que se subordinen a las autoridades de la república.

 

“La situación se encuentra bajo el control absoluto del gobierno de la república autónoma de Crimea. Nada amenaza la vida de los crimeos. Coordinamos todas nuestras actividades con la flota rusa del mar Negro, pero, a día de hoy, ya no necesitamos ayuda física”, aseguró Serguéi Axiónov, primer ministro crimeo, en rueda de prensa.

 

Los miles de efectivos que integran las milicias de autodefensa, ayudadas por los Berkut, el destacamento antidisturbios desarticulado por las nuevas autoridades de Kiev, controlan todas las salidas y entradas a Crimea.

 

Axiónov no llegó a mencionar a las tropas y comandos rusos desplegados por la república y que cercan las bases de las fuerzas armadas ucranianas, pero sí reconoció que el presidente ruso, Vladímir Putin, respondió positivamente a su solicitud de ayuda.

 

“Me dirigí al presidente ruso con una petición de ayuda con el fin de estabilizar la situación y garantizar la seguridad de la población (…) Y esa ayuda llegó”, dijo.

 

Axiónov, cuya legitimidad no reconoce ni Kiev ni la minoría ucraniana y tártara de Crimea, se mostró convencido de que en breve todas las unidades militares se subordinarán a las nuevas autoridades locales.

 

“En estos momentos tienen lugar negociaciones con los jefes de las unidades militares emplazadas en Crimea, que deben cumplir hoy (martes) con la orden de someterse a las autoridades de la república autónoma de Crimea”, resaltó en Simferópol, la capital de este enclave.

 

El líder prorruso aseguró que aquellos soldados que no quieran servir a Crimea podrán abandonar las filas del ejército, pero no se verán privados de sus salarios o pensiones.

 

“Me dirijo a los soldados. No se resistan. Subordínense a las leyes vigentes en la república de Crimea. Juraron lealtad a un país que ya no existe. El que deje su puesto será recibido con aplausos. No humillamos a nadie. No habrá respresalias. Lo garantizo”, aseguró.

 

En cambio, advirtió que “contra aquellos jefes de unidades militares que no se subordinen a las autoridades de Crimea se incoarán expedientes penales”.

 

“Se acabaron las bromas. En estos momentos, todas las unidades militares o están controladas o bloqueadas por las fuerzas de autodefensa que cuentan con miles de efectivos. Desde el punto de vista moral, todos se han pasado ya a nuestro bando”, resaltó y cifró en 5 mil 500 los soldados ucranianos que se han enrolado ya en las milicias populares.

 

En lo que se refiere a los buques de la Armada ucraniana anclados en el puerto de Sebastopol frente a la Flota rusa del mar Negro, Axiónov proclamó que pronto entrarán a formar parte de la Marina de Guerra de Crimea.