La próxima semana México tendrá a su único gran sinodal en serio, completo y realista en los pocos meses que quedan para conformar a Miguel Piojo Herrera por conformar un cuadro decente que no haga el ridículo en la Copa del Mundo de Brasil 2014; ridículo, por la instancia a la que el Tri tuvo que recurrir para alcanzar el boleto a la justa mundialista, que fue el repechaje ante Nueva Zelanda, equipo al que si bien México goleó con cómodo 9-3 global, la verdad es que está muy lejos de demostrar el real nivel goleador del equipo mexicano, el mismo que en el Hexagonal sólo anotó siete goles en 10 juegos, de los cuales en tres se fue en cero.

 

Por el contrario, Herrera tendrá que recomponer un ataque roto en apenas un puñado de partidos; demostrar que es capaz de armar una artillería que en realidad sea de respeto cuando se pare ante Camerún, Brasil y Croacia en el Mundial, que reviva a un Javier Chicharito Hernández en quien poco confían en el Manchester United, que Oribe Peralta pude pesar lo mismo que en la Liga mexicana, que Giovani dos Santos es capaz de olvidarse de la intermitencia, y que encontrará entre los jóvenes mexicanos un suplente con calibre para una emergencia.

 

Entre los volantes ofensivos, gente como Héctor Herrera y Javier Aquino seguramente que tendrán actividad ante Nigeria la próxima semana en el único duelo de fecha FIFA que hay antes del Mundial. Aunque también recibirán algo de tiempo en la cancha hombres como Isaac Brizuela, Luis Montes y Alan Pulido.

 

Son pocos los lugares disponibles en el frente del ataque. Apartados parecen estar los lugares de Giovani, Chicharito, Oribe y Peña; compiten por meterse Brizuela, Pulido, y los hoy no convocados Raúl Jiménez y Aldo de Nigris.

 

Brizuela, caracolero y vertical, llenó el ojo del Piojo desde la convocatoria anterior. Con Toluca, el chico está rompiendo la Liga, luce imparable en el ataque escarlata, y vaya que el Piojo necesita de algo así entre los verdes; sobre todo por derecha, ahí donde Sinha ya no alcanza por su veteranía y al Chaco hace tiempo que se le cansó el caballo, Brizuela puede dar velocidad y variantes, aunque deberá confirmar que tiene tamaños para mantener el nivel en competencia oficial con los verdes, así como lo hace en los amistosos.

 

Alan Pulido, en el ataque es otra opción refrescante. El chico es un centro delantero oportuno, su tripleta convertida en su convocatoria anterior lo confirman, aunque nunca será lo mismo Corea, a Croacia o Camerún, ya no se diga Brasil. Tiene poco tiempo, la ventaja de que ni Jiménez, ni De Nigris compiten en esta ocasión, la desventaja de que no serán 90 minutos los que juegue ante Nigeria, sino 45 a lo mucho.

 

Y ni hablar de Javier Aquino, el jugador del Villarreal está obligado a mostrar toda la peligrosidad y picardía que lo llevó al Submarino amarillo, única y definitiva chance para llenarle la pupila al timonel nacional, porque su club no lo volverá a prestar para otro amistoso.

 

No hay más Nueva Zelanda. La realidad de la ofensiva tricolor dicta que en el Hexagonal México convirtió siete tantos en 10 juegos, de los cuales se fue en cero en tres, que en competencia oficial (antes de Nueva Zelanda) hay que ir hasta el 12 de octubre para recordar un partido con más de tres goles de los verdes en aquella victoria por 5-0 sobre la “poderosa” Guyana, aún en la fase de grupos de Concacaf. Queda en el ojo clínico del Piojo decidir, más que por los mejores, aquellos que hayan erradicado por completo el complejo de ratoncitos verdes que durante años ha perseguido al futbol mexicano.