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El 75% del territorio ha sido utilizado por criminales para construir fosas clandestinas y abandonar los restos de sus víctimas, por lo menos 983, en 86 meses. La mayoría de ellas sin nombre y sin saber por qué fueron asesinadas.

 

Son 24 estados en donde el Ejército, la Marina o las autoridades locales han encontrado los cuerpos de niños, hombres y mujeres de todas las edades; algunos restos fueron sepultados de manera superficial, agujeros hechos rápido, otros a varios metros de profundidad, con mayor cuidado para no ser detectados, y unos más tirados al fondo de alguna mina.

 

Las entidades donde más casos se han presentado desde 2006 a la fecha son Tamaulipas, Michoacán, Guerrero, Veracruz, Morelos y Jalisco.

 

Las autoridades no han tenido la capacidad de revelar su identidad, ni siquiera tener un registro integrado y confiable con huellas, ADN o fotografías, en otros casos ni siquiera informar de cuántos cuerpos fueron encontrados en las fosas clandestinas.

 

Un seguimiento de notas informativas desde enero de 2006, cuando los enfrentamientos entre organizaciones criminales comenzaba a crecer, hasta la fecha, revela que fueron detenidas 116 personas presuntamente vinculadas con estas tumbas clandestinas, pero se desconoce si fueron sometidas a procesos penales y, finalmente, sentenciadas.

 

Las autoridades han identificado como los principales responsables de estos crímenes y luego colocados en las fosas, a los cárteles de Los Zetas, La Familia Michoacana o Los Caballeros Templarios, Jalisco Nueva Generación, La Unión de Tepito, Los Pelones, Los Tuneros y de los Carrillo Fuentes.

 

Sin embargo en gran parte de estos casos se ha detectado la participación de funcionarios federales y estatales, particularmente policías.

 

De acuerdo a un documento de la Procuraduría General de la República elaborado en marzo de 2013, sólo había podido identificar a 640 personas encontradas en estas fosas clandestinas.

 

Pero los documentos oficiales aportan más confusión que claridad, la Marina encontró de 2006 a 2012 un total de 39 fosas con 64 cadáveres; el Ejército en un año, de 2011 a 2012 detectó 175 tumbas clandestinas con 431 cuerpos, y la PGR informó 122 fosas con 847 personas asesinadas. Sin embargo, no se sabe si se repiten, si se trata de los mismos o estamos hablando de un total de 336 fosas con mil 342 cuerpos.

 

Uno de los casos más emblemáticos es el de San Fernando, Tamaulipas, donde había 122 cuerpos de migrantes asesinados por el cártel de Los Zetas, aún sin identificar todos ellos ni ser detenidos todos los responsables.

 

Los casos más recientes fueron detectados en Taxco, Guerrero, el pasado 9 de febrero, en donde la búsqueda aún no termina y suman hasta ahora 23 personas. En ese mismo municipio se encontró cuatro años atrás una fosa con 55 cuerpos.

 

En Coahuila se detectó otra tumba clandestina el 31 de enero de este año, en la que se han reportado 500 restos, pero a pesar de haber transcurrido dos semanas del hallazgo, aún se ignora cuántos cuerpos suman; pero se ubica en la zona serrana del estado en donde pueblos enteros han sido “secuestrados” y atemorizados por el crimen organizado, particularmente Los Zetas.