SOCHI. Vladimir Putin, amante de las actividades al aire libre y presidente ruso de mano dura, presentó el martes una imagen tierna a pocos días de la inauguración de los Juegos Olímpicos de Invierno.

 

Putin visitó un santuario para leopardos persas, una especie en peligro de extinción, y jugó con algunos cachorros nacidos el verano pasado en las montañas aledañas a Sochi, sede de los Juegos.

 

“Decidimos salvar la población del leopardo persa debido a los Juegos Olímpicos”, dijo Putin. “Digamos que debido a los Juegos Olímpicos, recuperamos sectores de la naturaleza”.

 

Putin entró a la jaula y acarició al leopardo en la cabeza. “Nos caímos bien”, bromeó.

 

Parece que a los leopardos no les cayeron tan bien los periodistas, ya que el felino arañó a uno en una mano y mordió a otro en una rodilla, reportó la agencia rusa de noticias.

 

La primera aparición de Putin en la recta final hacia los Juegos fue diseñada para mostrar una conciencia ambiental relacionada con la justa. El santuario de leopardo fue creado hace cinco años como un proyecto relacionado con los Juegos.

 

Los leopardos viven en el Parque Nacional de Sochi, entre el balneario de Sochi y las sedes de las pruebas alpinas en el Cáucaso. Parte de la población nueva de leopardos será liberada el próximo año para tratar de repoblar el sur de Rusia, donde se extinguieron en la década de los 70.