PARIS | BRUSELAS.   Francia “condena la ejecución” en Estados Unidos del ciudadano mexicano Edgar Tamayo Arias, declaró el jueves el portavoz del ministerio francés de Relaciones Exteriores, Romain Nadal.

 

“Francia recuerda su decidida y constante oposición a la aplicación de la pena de muerte en todo el mundo. Es una posición que defendemos con todos nuestros socios de la Unión Europea ante todos los Estados del mundo”, recalcó el portavoz.

 

Nadal señaló que la red diplomática francesa obra “en favor de esa prioridad en todos los lados donde la pena de muerte sigue siendo aplicada”.

 

“En tanto miembro observador de la Organización de Estados Americanos, Francia participa en la promoción de la abolición de la pena de muerte en todo el continente americano”, recordó.

 

En tanto, la Unión Europea (UE) lamentó “profundamente” la ejecución del mexicano Tamayo, aunque “reconoce la seria naturaleza del crimen”, y señaló que las autoridades estadounidenses no respetaron “las obligaciones internacionales”, según un comunicado de la jefa de la diplomacia del bloque, Catherine Ashton.

 

Ashton indicó, citada en el comunicado, que “lamenta profundamente” la ejecución de Tamayo quien, como “ciudadano mexicano, no fue informado por las autoridades de Texas en ocasión de su arresto de su derecho a contactar al consulado de México, como lo establece la Convención de Viena sobre Relaciones Consulares (…), lo que constituye una ruptura indiscutida de las obligaciones internacionales“.

 

“Reconozco la seria naturaleza del crimen y expreso mis sinceras condolencias a los familiares y amigos de la víctima. Sin embargo, la Unión Europea se opone al uso de la pena capital en todos los casos y circunstancias”, añadió.

 

El mexicano Edgar Tamayo Arias, de 46 años, fue ejecutado la noche del miércoles mediante inyección letal en la prisión del Linvingston, Texas, condenado por el asesinato de un policía en 1994. A lo que el gobierno mexicano respondió con una nota inmediata condenando firmemente esa ejecución.

 

México considera que la ejecución de Tamayo “viola la Convención de Viena sobre Relaciones Consulares y contraviene el fallo de la Corte Internacional de Justicia dictado en el Caso Avena” en 2004.

 

El de Tamayo era uno de los 51 casos concernidos por ese fallo, en el que la Corte pidió a Estados Unidos una revisión del proceso por considerar que los derechos consulares no fueron respetados como estipula la Convención de Viena.