WASHINGTON. Estados Unidos, Canadá y México descartaron hoy la posibilidad de “reabrir” el Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN) para sumarle aspectos como la reforma energética, aunque coincidieron en reforzarlo por otras vías.
Así lo indicaron los cancilleres de Estados Unidos, John Kerry; de México, José Antonio Meade, y de Canadá, John Baird, en el marco de un encuentro trilateral en Washington.
“No creemos que sea necesario reabrir NAFTA (siglas en inglés del TLCAN) en sí para conseguir lo que queremos conseguir”, dijo Kerry en una conferencia de prensa tras la reunión que se llevó a cabo en el Departamento de Estado.
En el mismo sentido, Meade aseguró que los tres países coinciden en que “no es necesario reabrir el NAFTA”, pero sí pretenden “seguir avanzando para construir y revitalizar la idea de una Norteamérica dinámica”.
Los presidentes de los tres países norteamericanos conmemorarán el vigésimo aniversario de la entrada en vigor del TLCAN durante una Cumbre de Líderes de América del Norte que se celebrará el próximo 19 de febrero en Toluca (México).
Kerry consideró que la integración de los tres países en el Acuerdo de Asociación Transpacífico (TPP, en inglés) será “un componente crítico para avanzar hacia una nueva fase post NAFTA”, algo en lo que coincidió su homólogo de Canadá.
Meade, por su parte, apuntó que a México “le interesa” que las negociaciones entre Estados Unidos y la Unión Europea (UE) para llegar a un tratado de libre comercio e inversiones “sean beneficiosas para la región de Norteamérica”.
“Trabajaremos para asegurarnos de que esas negociaciones aumenten la competitividad de Norteamérica, con miras a tener eventualmente una perspectiva más integrada de Norteamérica y la UE en lugar de algo simplemente bilateral”, afirmó Meade.
En resumen, agregó Kerry, “hay muchas formas de cooperar” en áreas como “regulaciones, energía, tecnología, innovación o inversiones (…) sin tener que volver atrás y reabrir” las negociaciones sobre el TLCAN.
Los ministros de los tres países mantuvieron un desayuno de trabajo para preparar la agenda de la cumbre presidencial de febrero y después Kerry mantuvo encuentros por separado con Meade y Baird.